EL
CORAZÓN DE LA TIERRA
Por: Fernando Vanegas Moreno
¿Que qué es ser minero?,
pues yo no sé, minero es el dueño de las minas, nosotros somos simplemente
socavoneros, topos…., peones. La vida aquí empieza temprano; conozco papás,
hijos, nietos, todos, toditos enclavados en estas montañas…, ya no me acuerdo cuanto
tiempo llevo aquí, ni cuantos años tengo, la tierra se me ha tragado la
existencia. Es difícil, pero a la vez es hermoso, tal vez lo digo por qué no sé
hacer nada más, porque no conozco nada más. A las cinco de la mañana se ingresa
con la noche en la espalda, y como a las cuatro de la tarde vemos por primera
vez la madrugada de estas tardes.
Se golpea, se amontona, se
recoge y se encarreta pa´fuera…, esa es la vida del carbón, y, tal vez nuestra
propia vida…, nos golpeamos, nos amontonamos y con los años nos encarretan
pa´la tumba…, irónico y jodido: el carbón sale de las entrañas de la tierra,
nosotros volvemos a esa misma madre. Mi nombre es José Galviz, pa´servirle a
usted y a cuanto viviente se pueda, nací (no me acuerdo hace cuanto tiempo), en
Tausa, región hermosa, verde y prospera pa´ los que tienen plata; junto con
Sutatausa, Capellanía y Ubate, forman el corazón del carbón en Cundinamarca…,
se me pasó la vida entre socavones, picos y escoria, no me arrepiento, con eso
salieron adelante y comieron seis hijos…, yo no tuve estudio, pa´que, nunca me
gusto…, los hijos si son algo letrados; todos terminaron su primaria, los
mayores se dedican al transporte (también del carbón), tienen sus hogares y me
han dado seis nietos, las menores (por que son mujeres), están en Ubate y
Bogotá, trabajando en fabricas de lácteos y otras vainas, de ellas si no espero
nada, las mujeres sufren más que los hombres y cuando la ruana nace terciada…,
pues ni hablar.
Pero le decía: la tierra es
demandante, si usted deja de explotarla con forma, con entusiasmo, con…, como
decirlo, con cariño, la tierrita se revela y no desaprovecha oportunidad
pa´desquitarse, pregúntele a Egidio, ese cojo que ve allá, se emborracho todo
un fin de semana y cuando empezaba el lunes la tarea, se desapuntalo el túnel y se le vino encima,
a él y a nueve más…, él la sacó barata, solo magulladuras en las piernas, los
otros si ya están gravemente muertos, jajajaaja. No crea que soy indolente o
irrespetuoso con la parca, es que de tanto verla y convivir con ella, ya hasta
amigos semos. Si no es el grisu (un gas que no huele y lo va adormilando a uno
hasta dejarlo inconsciente), es el hollín que se cuela en los pulmones y lo
acorta poco a poco en sus añitos, las hernias y el dolor de las articulaciones,
los problemas en los ojos y las infecciones respiratorias, todo eso, son las
formas y los castigos que a diario vemos y a lo que nos enfrentamos; por eso le
digo, la muerte ya es nuestra amiga.
Me gano 20 mil pesos
diarios, siete días a la semana, aunque soy honesto, muchos fines de semana no
trabajamos, y es que en este trabajo y en estas tierras, el sábado es el día
sagrado de santa Pola…, jajajaja, es decir, hay que ir a tomar cerveza y jugar
tejo…, ¿Cómo más nos divertiríamos por estos lares?. Algunos dirán que es
injusto…, injusto es no tener que hacer. Uno debe vivir la vida que le toca, y
a mí me toco esta, no me arrepiento de nada.
Hace poco vino un doctor de
esos de Bogotá…, que esto es una injusticia, una inequidad creo que dijo y que
la dotación y que la salud y que la ARP y no sé que más vainas, se fue lanza en
ristre contra don Pedro el dueño de la mina y le dijo que era un ilegal, un
explotador…, un cochino. Esos doctorcitos de mierda…, vienen una vez cada
veinte años o cuando hay elecciones y ya creen que tienen todas las
respuestas…, dijo que nos iba a cerrar y la gran alternativa que nos dio fue la
labranza…, a mi me perdonan, soy campesino y me crie entre el maíz y las
sementeras, pero pa´los que no tenemos ni un puñado de tierra, volver al azadón
significa jornaliar, y un jornal en estos pueblos solo paga 10 mil pesos el
día, y eso si el precio en Bogotá esta bueno, de lo contrario pues, a la
perdida.
Cuando uno es niño, y entra
por primera vez a un túnel, da arto miedo, uno se ahoga, no se acostumbra a la
oscuridad, a la humedad, al olor agrio de los topos más viejos…, y es que con
el tiempo, uno empieza a oler a mina, o sea a moho, a ruin…, a mierda. Yo
empecé como a los doce, mi papá también era un peón y como a mí no me gusto el
estudio, pues aquí vine a parar; ya con mi primer plata y sin obligaciones,
pues vinieron las viejas, las polas y me quede, ser libre a los doce era un
amanecer de noche y cuando uno le coge gusto a la plata pues hasta y fueron
peras, jajajaja.
Hoy la charla estuvo buena,
tal vez porque usted no es arrogante…, hace unos meses vino un monito de la
televisión a hacer lo mismo que usted…, bueno, digo el santo no el milagro, ese
señor dizque es boyaco y venía con todo listo, cámaras, carros, luces y cuanta
vaina se imagine…, usted, sumerce, solo vino a conocer ¿verdad? Y pues bueno,
se topo conmigo y preguntar nunca ha sido malo ¿cierto?
Yo a usted le corono una
cerveza, no la merecemos, además ya estoy seco de tanto hablar y usted debe
estar seco de tanto oír, jajajaja, si…, esta es la vida en el hueco…, vivimos,
no existimos, todo nos llega tarde, hasta los años…, mi vieja, mi esposa se ve
mucho más joven que yo, pero yo tengo más salud…, hace poco le descubrieron
azúcar en la sangre y esta achacada la cucha, bueno hay vamos, los hijos han
estado muy pendientes…, Dios dirá.
José
voltea la cara hacia otro lado, no quiere mostrar esa lágrima que asoma. Para
estos hombres es malo ser débil, para estos débiles, es imprescindible ser
hombres, lo son desde que llegan a esta tierra, desde que amamantan sus sueños,
desde que caminar se vuelve herramienta. Se despide escupiendo el último trago de
la cerveza que me “coronara”; su mano callosa, es fuerte y brusca, casi parte
la mía: Hay mijo, algún día vuelva, que el cuento no termina
aquí, el cuento solo comienza, la tierrita tiene muchas historias…, las
historias del corazón de la tierra.
En Tausa hace unos años….