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domingo, 22 de abril de 2018

NEUROSIS POR EXISTIR, POEMAS DE VISA Y MUERTE.










Por Javier Barrera

LATIR


Latir en un tiempo
Que fluye con las manos atadas,
Caminar en círculos
Por un planeta sembrado de límites
Edificados por torpes artesanos,
Buscar el occidente
Donde las llamas del sol
Resucitan para ser
Alas doradas que pulverizan
Los dedos tiesos de un suicida.

¿Cuánto de lo mío posee consciencia?

Desato pequeñas apetencias
Insalubres y deliciosas,
Carne y desafuero,
Palabras sucias,
Rebeliones perdidas de antemano
Y por lo mismo, necesarias.

Nada prospera en la cotidianidad
Que se fagocita y se vomita entera
Preservándose cobarde.
Es en la humedad de los suelos,
En los tránsitos que subvierten
Donde la vida predomina.


INSOMNIA


Desde cielos mordidos por sulfuros
Almas revolotean hacia los cuerpos
De sus amantes calcinados en guerras
Contra el silencio aplastante
Dispuesto a mellar la resistencia del hambre.

Desde el colorado centro universal
Son los espíritus tristes
Quienes invocan a través de mantras hipnóticos,
La esencia de los bosques hechizados
Donde mujeres desnudas juegan a ser brujas.

El perfume de la tierra húmeda
Crea brumas en el aura apagada de un soldado
Cuyas manos acostumbradas a sanar,
Nunca a asesinar, acarician la piel de una muchachita
Que se abre para que él le enseñe su música.

Aprende a respirar como las estalactitas en el mar
Mientras contempla su silente inconexión;
Ella duerme tras el amor visceral del principio,
Persuasivo en mitad de la noche desértica,
Obsesivo cuando la duermevela empieza a morir.

Reposa ignorando que no será eternidad,
Por eso el guerrero de agua
Intenta atrapar el tiempo en un escrito
Pleno de vacío recóndito que se estrella
Contra una mirada cuyo camino se abre,

Parpados cansados, compuestos de nítricos firmamentos
A cuyo lecho las sibilas vuelven
Para borrar aquello parido horas antes.
El precio de la inmortalidad es la amnesia
Que repta sobre los labios de piedra

De un esclavo caído en desgracia.
No basta soñar y dotar de carnalidad un sueño;
Ser feliz es privilegio de dioses
Y para desgracia de la inocencia
Hace mucho las deidades sufren de insomnio.

lunes, 16 de abril de 2018

FLORIDA

FLORIDA
POR: SANLISAN

Por fin viernes. Qué semana larga. Una mañana llena de sol. El colectivo vacío justo en la parada al dar vuelta en la esquina. Serenidad y esperanza. Las caras de los nenes que viajan con sus padres, saben a esa hora que su semana de deberes ya terminará en unas horas. El día perfecto para recibir halagos de tus amigos, felicitaciones de tus cómplices y alguna que otra Mirada de incredulidad.

A las tres de la tarde se para el mundo. Deslizamos la tarjetita blanca por última vez. La puerta de la libertad abierta de par en par. La invitación a almorzar fue la excusa para el postre. Convencidas de nuestro deseo por un mousse tentación de la tan adorada y casi enferma confitería  en la que es clienta asidua, ella iba caminando directo, sin perder el rastro.

En medio de Florida, van y vienen de todos lados, los cantantes amateur de tango, imitadores de la Bersuit, y ese chico impresionante a una cuadra de corrientes. En la mitad de los libros esotéricos, de esos que te enseñan ser bruja “fácil”. En medio de los libros de amor, de hechicería, y de marionetas, cambiamos de sección. En la manos, bestiario y The Who, que contradicción. Por una parte un símil de la mujer moderna que intenta recibir el pase de putear con libertad. En la otra la imagen de él…. qué falta, qué ausencia..., Y recordé que sus rulos al pasar me enamoran. Que un día como hoy, no me dio pelota. Que no sé qué es lo que me gusta de esa voz.

La música llenaba el lugar de la búsqueda de la película protagonista del fin de semana – ojala su boca estuviera en mi cama – Creí decir algo concreto pero la imagen otra vez nos atrapó. Tres galones de pintura plástica, dos vaquetas, un niño que te invitaba a volar.

Si supieras que hay algo de vos que no me deja. Me roba los sueños y te sueño.

Caminamos, cada una en lo suyo iba rememorando ese instante

Que buen regalo Buenos Aires.