EL
SENTIDO DE LA VIDA EN ROJO
POR:
JAVIER BARRERA LUGO.
Saray Ramirez Pérez, una adolescente bogotana (nace
el 25
de junio de 1996) quien se
destaca no sólo por su alborotada melena roja y sus carcajadas estridentes,
sino por su notable talento como poetisa, es la invitada de esta semana al blog
Idiota Inútil, donde además de la semblanza que inicia, incluimos un par de sus
versos: Por el beso clandestino y La
noche no fue de nosotros.
Saray, integrante como alumna del Taller de creación
literaria de IDARTES 2.013, fue la primera persona con la que interactué en
dicho evento. Aunque se cataloga como una “tímida muchachita”, su empatía, don
de gentes y una pizca de excentricidad llaman la atención de las personas
cuando la conocen. En ese momento, agosto de 2.013, cursaba el último grado de
bachillerato en el colegio Nicolás Buenaventura de la localidad de Suba. Me
sorprendió su edad, comparada con la de la mayoría de los participantes; pensé
que era una de esas niñitas que escampan en cuanto evento de carácter cultural
se organiza simplemente por alentar un cliché de rebeldía, pero me equivoqué:
una creadora precoz, una voz refrescante en el ámbito lírico de la ciudad
emergió de entre las nieblas de los cerros del noroccidente de Bogotá.
Nuestras primeras conversaciones no se limitaron al
espectro del lenguaje escrito, sus influencias sonoras (autoproclamada “enferma”
por HIM, Janis Jopplin, Marceo Parker,
The Strokes) vinieron al caso en la plática, porque además de hacer voces
en grupos de rock, respira música, es música. Así como son música en el alma
sus gatos: Poe, el amarillo (llamado por este escribidor snowball II) y su adorado Dalí (Q.E.P.D.), el negro.
Escribe desde el 2.010, y
cuando le pregunto hasta dónde quiere llegar, a quién quiere llegarle con sus
letras coloradas, cuáles son sus metas, me responde tajante: “La verdad busco personas a las cuales no les
gusten mis escritos, (sin incluirme) intuir distintos puntos de vista, saber
qué es una puñalada literaria y sentirme más enamorada de la literatura, amar
más y más. ¡Ah!, también aprender a escribir.” Así de desconcertante y “pila” es Saray, una
militante de las letras tan dignamente representadas por sus “malditos” autores
favoritos como llama a Alejandra Pizarnik, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar,
Albert Camus y Ernesto Sábato.
Desde esta tribuna auguramos
un desarrollo literario lleno de éxitos para Saray. Todo el apoyo para una
mujer cuyo color de cabello sintetiza el sentido intenso de su espíritu: rojo.
Una última cosa. Pueden
acceder a más literatura de la pelirrojita en su blog: http://sarayramirez.blogspot.com, y
en el blog del Taller de Creación Literaria de Suba: http://contactoescritosuba.blogspot.com.
Disfruten de la creación de
Saray Ramirez y no olviden comentar, reenviar a sus contactos y promover, la
creación de la nueva sangre poética de la ciudad.
“Ya sé, ya sé ¿pero qué cosa hubiera podido
Dibujarte? ¿Qué mensaje hubiera tenido sentido ahora? De
Alguna manera tenía que decirte adiós y a la vez pedirte
que
Y así
pasó la noche, la noche desgraciada,
Cabellos
tuyos, cabellos míos
Pasean
la alfombra desgastada.
Sueño,
bendito sueño
Apodérate
de nuestros pensamientos
Ellos
tan sucios, sufren de insomnio.
No
logrará la manceba
Pegar
el ojo en toda la noche,
Con su
escapulario decrépito lleno de telarañas.
Aquel
ajado objeto no permite
La
unificación de aquellos cuerpos,
Cuerpos
ansiosos por descansar.
El
hambre saciada al amar es
Penuria,
penuria mía
Ya no
se aguanta más.
O es
tocar ese seductor ente,
O es
morir de abstinencia al contemplarte,
Desnuda
sí.
Como
cuando el agua del mar,
Pasa
sobre la tersa arena
Y la
deja desguarnecida.
¡No
tengas miedo!
Que mi
piel cubrirá la tuya,
Si así
lo quieres.
Despojaremos
las sabanas tortuosas,
Mandaremos
al infierno esa ropa
Sólo si
el momento lo permite y hay deseo.
Si tú
me lo concedes, y
Si la
noche se antoja de fundirnos
Siendo
la noche no nuestra.
Nuestros
párpados contabilizan cada segundo,
Malgastado
hablando
En
donde la noche no sea ni tuya, ni mía.
Quiero
que la noche sea
Unión de
mentes corrompidas
Donde
la oscuridad confunda nuestras almas.
Esperemos
a que lleguen
Los
primeros reflejos del alba
Y
nuestros cuerpos sigan aún con vida.
Saray Ramirez Perez.