Inédito
Otro 19 de julio, y por los años voy pasando, sin ton ni son, inexorable
hacia el olvido.
He tenido todo el
día para escribir “algo”. No he podido, no he querido.
Por estos días todo
pasa de manera normal, sin grandilocuencias ni sutilezas. Mi más ansiado deseo
es tener a mi amiga Luna que me quita el sueño, pero ella no se da por
enterada, o me evita de la manera más elegante.
Mi amiga Luna a
veces me dice “te quiero” otra veces me ignora. No sé si creerle o ignorarla,
aunque no puedo ignorar tanta belleza. Tan lejos vive, esta amiga mía, la luna,
que no dejo de extrañarla como si toda la vida la hubiera conocido.
La otra noche
mientras conversaba con ella, le insinué, tonto, que sería hermoso vivir toda
la vida con alguien como ella; nubes de dudas la cubrieron y no dijo nada.
Quizá tenga razón, ella está tan lejos que algo entre nosotros sería imposible,
sin embargo, las distancias se acortan, puedo volar he ir hasta ella. Pero
quizá ella, solo me quiere como amigo y yo la quiero para que guie los caminos
de mi vida.
Es la Luna que
espero encontrar en sueños. La misma que cuando la miro a los ojos me encandila
con su brillo. Tan brillante es mi amiga Luna que parece un Sol.
A veces me
pregunto, de que sirve seguir soñando. Que de tanto soñar los sueños se
acabarán y sin ninguno, en el final de mis días, quedaré.
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