MIENTRAS
DUERMES
Fernando
Vanegas Moreno
Un,
dos, tres por ti y por todos tus anhelos
¿Con qué sueñas?..., ¿tal
vez con mamá?, la Santa aquella que ya hace un rato despedimos, aquella que dio
todo por dibujar en tu rostro una sonrisa, sin pedir nada, sin egoísmos…, o
quizá (no puedo ni imaginar), con la eterna filipina de la Nacho, la
incondicional que el cielo quiso prestarnos poco tiempo. Sé que las extrañas,
me duele no poder dar respuesta a esas ausencias, pero aquí estoy, presente
para ti cuando tu así lo decidas. O tu descanso y anhelos dibujan cada noche la
casa esa que tanto añoras…, la de un jardín enorme y mil perros a las afueras
de la ciudad, la de la vaca que sé, estoy seguro, no sabes cuidar, y por el
contrario, te espantaría cada vez que se acercara con sus mugidos y sus
pestañas enormes…, no sé nada, ¿con qué sueñas?
O Morfeo te premia cada
noche con imágenes multicolores de ese viaje que nunca hemos hecho…, ese tour
suramericano que siempre empieza en Bogotá pero que solo alcanza hasta
Choachi…, de seguro ya vendrá, no te afanes, todo tiene un tiempo y una
historia. Acaso esa misma pantalla refulgente de tu mente, te retornará a tu
infancia: a la calle y la despreocupación total; al yermis, el rejo quemado,
las escondidas y mil travesuras que ya los años, (por ser pocos), han ido
sepultando en la memoria. Te verás en cualquier calle con Sandra, la de hoy, la
de siempre…, la que a conciencia permitía que robaras sus juguetes para hacer
con ellos cenas de gala y etiqueta, con osos de felpa y avioncitos
destartalados como invitados principales.
Seguirá pues, una secuela de
pinturas del colegio, de mil amores, de diez mil desordenes, de cien mil besos…,
de ningún corazón. Esa primera vez nada agradable, esas otras tantas, ya más
satisfactorias, esas historias húmedas que solo te has atrevido a contarme a
mí, y que en el fondo, son muy parecidas a las de todos…, Y entonces, tal vez,
aparecerán de pronto, las minitecas, las salidas pedagógicas, las noches
inconclusas y los días interminables, el espiral profundo del ayer.
De repente, una plaza
enorme, una biblioteca central, un edificio de enfermería, Guillermo, la
filipina, el Freud, el olor a marihuana y los festejos con vino barato en
Lourdes…, la academia, tu carrera, el trasnocho, la tesis…, tu grado…, la
oportunidad (única por cierto), que la vida y Santa Carmela, dieron por
ofrecerte en bandeja, para surgir, para basar un futuro…, y bien que lo
lograste…, muchos desprecian lo que tú, le arrancaste al existencia. Quizá, no
lo aseguro, dormirás profundo recordando estas escenas.
¿Y si solo nos ves juntos?, si
solo aprecias dos manos entrelazadas, ya ajadas, muy cansadas, pero unidas…, si
llegamos a noventa y gritamos juntos: “lo logramos”…, y si un par de arrugas
aún se besan; y si solamente recuerdas el principio de los tiempos, debajo de
ese peatonal de SAO, o las tardecitas en Centro suba y un helado. Ya no nos
podremos comer ese manjar, pero el puente tal vez siga existiendo. Y si en esas
quimeras recuerdas nuestro ayer, viéndolo desde un futuro ya más relajado…,
creo que sería en blanco y negro…, así sueñan los pensantes, así añoran los que han amado tanto.
¿Con qué sueñas?..., no creo
adivinarlo. Lo que sí puedo asegurar, es que mientras duermes, yo…, seguiré
vigilante de tus sueños.
GRANDE, VANEGAS, HERMOSO CUENTO,PAPÁ.
ResponderEliminarBARRERA
Gracias mi hermano, como siempre, mi cariño eterno...,
ResponderEliminar