Escobar:
el Patrón del Mal, el Patrón del Rating…
Por:
MUNEVAR
Por estos días un Canal de Televisión colombiano
lleva a la pantalla chica la vida del extinto narcotraficante Pablo Emilio
Escobar Gaviria, quien fuera durante la década de los ochenta y los noventa la
cabeza de la organización criminal más violenta e inhumana de la cual se tenga
conocimiento en nuestro país, y que fue también, la causante no sólo de una
cantidad indeterminada de muertes, sino de un proceso descomposición social que
no tuvo límite alguno, acciones reflejadas en actos de corrupción, asesinatos
selectivos, prostitución, drogadicción, entre otros males, y que dio a luz a su
vez, a un nuevo estilo de vida mafioso, que marcó la generación pasada y en la
actual conserva su macabro sello.
El Cartel de los Sapos, Las Muñecas de la Mafia , La Reina del Sur, La Mariposa , son algunos
de los títulos que han acompañado el “prime
time” en los últimos años en la televisión colombiana. Productores y
canales han encontrado un nicho adecuado ya que el televidente se ha
identificado y en el peor de los casos se ha imaginado con la opulenta vida
llena de excentricidades, derroche, mujeres y violencia que en su mayoría los
protagonistas de estas historias han manejado.
Pero
ahora, de manera silente una amenaza que se mantuvo latente en la proyección de
estas series parece cobrar vida y se convierte en peligro no para la generación
que conoció en vida la historia de Pablo Escobar, sino para aquella que surgió
años después que éste fuera asesinado y que desconoce totalmente los horrores
que este nefasto personaje le causo a la sociedad de nuestro país. Esa amenaza
se llama amnesia histórica.
Como
idiotas Útiles trata el Canal de Televisión a los televidentes al justificar su
producción y emisión bajo la frase “Quien olvida su pasado tiende a repetirlo”,
cuando claramente se denota el animo mercantilista con la que está producción
fue hecha.
Andrés
Parra, su protagonista, excelente actor y quien caracteriza de manera impecable
y con extraordinario parecido a Pablo escobar, ha logrado con su actuación un
alto grado de identificación y sensibilización de la serie con la generación
pasada y la actual.
A
la generación pasada, la que reitero, conoció de primera mano el prontuario de
Pablo Escobar, le ha devuelto recuerdos amargos de una pesadilla que estaba en
el olvido. Es poco grato recordar como el veneno del narcotráfico fue invadiendo
poco a poco todos los niveles de nuestra sociedad, desde las autoridades, entes
gubernamentales, diversos actores sociales, deportivos, culturales, sociedad en
general, causando un degeneramiento social que trajo consigo muerte,
destrucción, y ruina.
Contrario
a la generación actual, aquella que no conoció a este personaje, y quienes al
ver a Pablo Escobar ven, no al delincuente, sino al hombre de origen humilde,
hombre de empresa exitoso, e inteligente, quien busca vencer a la oligarquía y
ayudar a los más necesitados. El televidente hace fuerza porque la Policía no ponga tras las
rejas a este criminal. Sociológicamente no lo ve como la biografía de un
delincuente, sino como la biografía del héroe que busca ayudar al necesitado.
Tomar
la historia sangrienta de Colombia con ánimo de lucro, sin el direccionamiento
adecuado, puede enviar un mensaje equivocado no sólo al televidente nacional,
sino al extranjero, dado, que como resalto anteriormente, las series que han
tenido éxito reciente son aquellas cuya trama central gira en torno a la
violencia y el narcotráfico.
La
televisión, al igual que la
Internet y muchos medios masivos de comunicación tienen una
función social, educativa y de entretenimiento, funciones las cuales se han ido
perdiendo entre la pornografía, la violencia, y los contenidos basura que no
dejan ningún tipo de ganancia al usuario que accede a ellos.
Escobar, si le trae muchos réditos a sus
creadores y difusores, pero ninguno al televidente, solo la saciedad y el morbo
de ver como un delincuente se abrió paso en un país y le causó una herida social
muy profunda la cual aún no ha cicatrizado y que en el peor de los casos,
cuando no se tiene las herramientas culturales adecuadas para ver una serie de
este tipo, se puede convertir fácilmente en un modelo de vida a seguir.
La
televisión nos acostumbró a esto, a mostrarnos lo que supuestamente es nuestra
realidad sin censura, ni respeto alguno, porque cuando no son nuestros
problemas como entidad los llevados a la pantalla chica, los creativos y
libretistas plasman en la televisión de manera burlona al colombiano del común,
al trabajador, al de estrato bajo caricaturizándolo y tildándolo de mal educado
e ignorante y creando comedias a partir de sus historia
Por
estos días bajo el sugestivo titulo “Mi gente linda, mi Gente Bella”, rueda una
perla más de nuestro cine colombiano; basta ver la película, basta ver el
mensaje, basta ver la enseñanza, basta ver el respeto que se tiene por la
sociedad de nuestro país.
¿Hasta
cuándo a costa del sufrimiento generalizado en la historia de Colombia, la gente
seguirá lucrándose? ¿Se cansarán de mofarse y ridiculizar nuestras costumbres? ¿Seguirán
haciendo dinero otros bajo el pretexto de televisión con contenido social? ¿Hasta
cuándo seguiremos siendo unos Idiotas útiles al servicio de los intereses de los
demás?
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