JUANITA
LA ETERNA
Fernando
Vanegas Moreno
En el viejo anaquel de su
cuarto, Kent y Barbie lloran en silencio; los acompañan una gran cantidad de
ositos de felpa, muñecas sin estrenar y
el viejo perro de trapo; todos, llevan en la mirada el dolor de su partida.
Juanita, la más grande enana, la de los 12 añitos, la de la mirada alegre, la
de la sonrisa eterna, había dicho adiós.
No pude soportar lo que
antecedió. Soy un idealista que cree que
la vida es un ciclo, que se debe vivir lo suficiente, y morir en el caluroso
abrazo de las canas; otra idea tiene Dios, Él nos llama cuando nos requiere,
simple, sin más honduras; sin embargo, he de confesar que al no compartir ese
pensamiento con el Todopoderoso, me arruga el alma que alguien muy joven, o,
como en este caso tan angelical, extienda sus alas inexpertas para tocar las
cumbres celestiales. Por eso fui lejano, no por indolencia, al contrario, por
dolor…, he recibido varios golpes duros, ¿pero una niña?
En fin, de verdad era un
Ángel: a pesar de las circunstancias, nunca se doblegó, nunca sintió miedo, y
nunca negó a nadie su alegría, mataba de risa un payaso, y era capaz de
levantar la moral de Kobain. Bailaba…, hacía por saltar, soñaba con fiestas
enormes y viajes fantásticos, con trajes de princesa y caballos azules, su
corazón se dividía entre la devoción a sus padres y el cariño manifiesto a todo
el que se le acercara, su inocencia era el escudo transparente que siempre
anteponía.
“El patio de mi casa es muy
particular, cuando llueve se moja, como los demás”; esa sencilla ronda, ahora
se escucha allá arriba, con eco sublime aquí, en la tierra…, para mí, ya nunca
sonará igual, la melodía era ella y la armonía debía ser yo. Kent habla de
organizar algo en su honor, mientras Barbie y el viejo perro de trapo, lo
reprenden y le dicen que respete, que el dolor de la familia esta primero, que
luego vendrán las consideraciones, que Juanita no se ha marchado, que solo
trascendió, que pronto volverán a verse…, de otro lado, el galán de plástico,
recibe apoyo de los osos de felpa y las muñecas sin estrenar; argumentan que
Juana la eterna, merece hasta el último homenaje que pueda rendírsele. Están
tan polarizados, que hasta han pensado llamar como jueces imparciales a Santos
y a Uribe, que tal vez con un plebiscito…, ojalá no.
El heladero, también está
triste, la vainilla perdió su sabor desde anoche, el chocolate se derritió, y
el limón se tornó más amargo. Hoy, me uno al desconsuelo de unos padres, me
duele como hace rato no dolía…, unos componen canciones, yo, bueno, yo solo
hago el deber de escribir; y contrariando a Barbie y a Kent y a su séquito
inanimado, rindo homenaje a mi Juana enorme.
Es un cliché, pero un
verdadero Ángel desde anoche engrosa las filas celestiales, mientras yo, quedo
absorto en la ventana de mi casa, fumo un cigarrillo, miro a la bóveda celeste
y después de un largo suspiro, veo atento su mirada en las estrellas.
TODAS LAS LUCHAS DEJAN FRUTOS. FORTALEZA, ENTERESA, DIFICIL ASUMIRLAS, PERO SON NECESARIAS. LOS ANGELES NO NECESITAN PERMISO PARA VOLAR POR EL COSMOS.
ResponderEliminarBARRERA.
Gracias por sus palabras Barrera, un abrazo.
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