UNA ÚLTIMA
VEZ
Los sueños, son solo eso,
sueños…,
Lucas me mira triste esta
madrugada, mueve su cola con melancolía y se acerca con su mirada baja a
despedirme, tal vez este sintiendo lo mismo que yo: que se desgarra el alma,
que se escapa la vida que el amor no me alcanzó…,
Era una historia anunciada, hace
muchos años quería partir…, yo, bueno, hace lustros luchaba por que se quedara,
pero el corazón siempre tiene la razón y ya fue imposible retenerla, fue un hasta
nunca largo y doloroso. Llegar a casa y ver como empacaba nuestra historia en
cajas de cartón, sentir su ausencia aun estando presente, rogar un beso,
suplicar una caricia, morir a cada instante; sin embargo, dentro de mí, quería detenerla,
que nunca se fuera…, pero las cartas del destino ya estaban echadas y la mano
de póker que me presento, no tenía reversa, había ganado y su vuelo ya no podía
cortarse…, hoy tomo un café que ya no sabe a nada, salgo a cumplir mi
compromiso con alumnos y compañeros, a distraer por un rato la agonía de su
adiós…, esta tarde, cuando regrese, un vacío inmenso se sentirá en esa casa…,
una ausencia eterna se marcara en mi alma.
Mil años pasaron, empezando
de cero, de abajo, la fortuna quiso que sus metas fueran limpias mientras que las
mías se diluyeron en olvido y fracaso, reímos juntos, lloramos los dos, miramos
la luna mil veces, disfrutamos del sol dos mil, enfrentamos perdidas, asumimos
sus triunfos, encaramos la existencia, siempre juntos, siempre estuve ahí,
nunca me fui. Me concentre con gusto en ver por nuestro hogar, por sus cosas, e
intente al mejor precio, brindarle el cariño que antes creo, solo una mamá pudo
ofrecerle, pero no sirvió, el Clorox aquel que elimina lo bueno y deja solo lo
malo, funciono perfectamente en esta historia, ella se va tras sus sueños, yo
me quedo solo, viendo que mi sueño se va sin mí.
El camino a Bogotá es más
largo hoy, tal vez, porque en mi cabeza retumba el “ya no te quiero” que
escuche muchas ocasiones, o quizá, porque
soy consciente de que nos perdimos en una eternidad ya lejana. Hay muchos “no
sé”, presentes, el dolor es una venda que no nos deja ver más allá de nuestra
propia miseria, lo cierto es que Lucas y el camino, tienen razón, la tristeza
hoy enmarca este cuadro,
Mi hogar siempre está donde está
ella, se lo repetí muchas veces, el resto, son solo espacios físicos de
habitación, los sentimientos no se alquilan, se venden o se compran, solo se
sienten y hoy, ya ni puedo sentir. Transmilenio va desocupado, raro, pero es
real, nada puede llenar un bus de esos, nadie puede llenar este vacío, la
mañana apenas abre, mi corazón se cerró por angustia hace ya bastante rato.
Las mañanas ya no serán las
mismas, la vida ya no será igual…, fue compañera ejemplar, creo fui excelente
esposo, pero las almas nunca serán iguales y cuando el amor se acaba, ya no se
puede hacer nada, el amor es la base fundamental de existir, solo y
lamentablemente, el odio equipara esa realidad.
Tal vez no vuelva a
escribir, ya no hay motivos, ya no hay ganas, hoy se va mi mona, mi musa y no
puedo hacer nada, solo esperar que el tiempo sane heridas, emprender otra
misión y respirar, nada más, el perro de felpa enfundado en esa bolsa, me mira
triste y parece decirme que no llore, que las lágrimas son solo pedacitos de
mar buscando el océano…, creo que sí, que es verdad, solo que, ya llore medio Atlántico en esta ausencia.
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