SILENCIO
Por: Sanlisan
La mayoría de las veces, no sabemos qué decir. En frente
nuestro se dispara la madre de las dudas y volvemos a ser solo carne. Y pasan
los minutos y dentro nos vemos pequeñitos, como adoloridos de tanta ausencia,
como poseídos por la vehemencia.
Mañana será el día, al empezar… promesa vana que nos llena de felicidad para poder ir a dormir. Nadie sabe si dejara de ser eso, una promesa.
Mañana será el día, al empezar… promesa vana que nos llena de felicidad para poder ir a dormir. Nadie sabe si dejara de ser eso, una promesa.
En el momento justo en cuanto saca sus garras, suavecitas
y nos envuelve la garganta. Bajamos, subimos. Reímos y callamos. Y más arriba
es pleno carnaval, sabemos que pensamos, recordamos todo lo que imaginamos,
sabemos más de lo que escuchamos.
Las ideas bailan, entrelazadas en las frases que lentas y encorvadas van hacia el sótano. Hay una fiesta en mi cabeza y siempre, siempre tengo ganas de gritar.
Las ideas bailan, entrelazadas en las frases que lentas y encorvadas van hacia el sótano. Hay una fiesta en mi cabeza y siempre, siempre tengo ganas de gritar.
Voy a inventarme la manera de no callarme nunca más,
decir lo que me plazca. Lo bueno, lo malo. Lo casto y lo sórdido. Dejaré de
engañar a quien lo intenta conmigo, le diré la cantidad de minutos exactos en
que le pienso. No ocultaré más que su voz me ensordece. Que sus quejas me
desangran la nostalgia y que en realidad parece un barco a la deriva que nunca
ha salido de su puerto. Diré con dulces palabras tiernas que sin esperarlo, ha
llenado los días de alegrías, que sus ojos son la puerta de salida a todos mis viajes.
Que el olor de la montaña es más fresco en la mañana, que las tardes de sol en
pleno invierno compartimos un cigarrillo a pocos metros de distancia. Decirle
que amo esa cita diaria en medio de miles de personas que nos separan, que me
gusta el azul y más cuando me habla de su azul.
Debo encontrar la manera, es urgente. Las palabras tienen
fecha de expiración, pero fallecen pronto. Quiero encontrar hoy mismo la manera
de darle a cada quien las frases que nacen en mí. Hacer reír, hacer llorar.
Hacer el bien, hacer el mal. Vaciar mis adentros llenos de escrituras, de
nombres, de lugares, de alientos y desahucios.
Palabras, todas.
Palabras, todas.
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