METAMORFOSIS
Por: Javier Barrera Lugo.
I
Sintió como el espinazo se le
Fue despegando del resto
De la carne herida.
Una música trémula
Se apoderaba de su racionalidad;
Verde y negro
Dominaban la viscosidad del espectro
Que se metía en las presurosas
Ondas cuando la conciencia
Decidió traicionarla:
-Recuerda
Las
circunstancias de tu nacimiento:
¿Cuántas
manos le arrebataron el frío
A
tu espíritu?
¿Fueron
cien o doscientas tus primeras
Muertes
certificadas,
O
le abriste con las garras
Las
entrañas a tu madre para salir
A
respirar?
Cerciórate
de tomar el camino contrario
Sin
buscar sacrificios o ardides
De
falsa piedad.
Disfruta
tu poder.
Por
primera vez
Abrirás
los ojos para ver-
Cada célula asumió el nuevo rol;
Sus mecanismos se sincronizaron
Con el frenesí de las pulsiones,
La esclavitud fue reemplazada por
hartazgo
Y las cavilaciones estacionadas
En el centro de las noches menos
afortunadas
Fueron perdiendo materia
Hasta reducirse a una mancha acre
Plegada a las sustancias inertes del
vientre.
II
La belleza es un incidente que escapa
A las veleidades del entorno.
Cuán parecida es tu voz
A la simetría de la naturaleza
Que se entrega al regocijo
De la extinción por propia mano;
Cuán difícil determinar la duración de
la felicidad
En un sueño que trata de llevarse
A buen puerto,
Cuán intrincado resulta el tramo de
gloria
Que separa lo que fuiste de aquello
Que terminarás por ser.
Una tenue línea dividida por mil
cortes precisos,
Cada uno sustentando una respuesta
Formada por millones de preguntas
Derivadas de certezas imposibles de
contar.
Amanece para tu sublime expectativa:
Dejas de ser lo que no sentiste ser
Y te entregas al libertinaje
De una búsqueda estéril.
De taciturna mujer
Pasas a ser voracidad curiosa,
Una serpiente que acorrala a sus
antiguos
Predadores,
Juegas con su miedo
Porque reconoces tu propio temor
disfrazado de luz,
Engulles cada latido que grita
Su infortunio maquilado:
Ya estás al otro lado
De tu nueva tragedia.
Los músculos toman nuevas formas;
Tienes el alma de ave,
El silencio del felino cuando caza,
La suntuosa figura de la utopía,
El sentido penitente que vuelve inmune
Cualquier acción o tentativa…
Ya eres la bruja que nunca pensaste
ser
Y te sientes bien y grandiosa,
Parte de esa fulgurante verdad
Que por siglos y milenios
Otros escondieron para la deshonra de
tu ceguera.
Vuela por las pesadillas de quienes
guardaron
Silencio en tu desventura.
El amo ha cambiado y sólo los latidos
De tu conciencia anestesiada
Serán capaces de truncar
El nuevo orden de las cosas,
El reciente imperio de la razón,
Las nuevas normas que impondrás
Por la sal de tu nueva potestad.
Ya eres una criatura mítica,
Reclama los beneficios de tu nueva
condición:
El honor que niegan los omisos, las
sonrisas
Que abandonan los bucólicos honores
sin estupidez,
El beneplácito de todos aquellos
hechos enemigos
Por la virtud de su dudosa estirpe.
Habita los límites de tu convicción
primaria,
Lleva altiva la fatalidad, el
compromiso de ser
Dueña sin dueños llena de cadenas,
Rostro repetido a perpetuidad
En espejos de plomo y humos
narcóticos,
Valquiria que husmea la putrefacción
Y saca destellos a la divinidad
Cuando la muerte camina entre sus
hijos.
Ronda los escombros de tu acorazada
quimera,
Llena de tintes apócrifos las entrañas
Del dragón que cada noche llevará
La esencia fulgurante del poder,
Ese infundio del que todos hablamos,
Y nadie tiene certeza…
Empiezan tiempos de terror e
iluminación.
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