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lunes, 7 de mayo de 2012

LOS APUNTES DE PAMPLÍNIO...



CONSIDERACIONES VARIAS...



CONSIDERACIONES VARIAS


Yo toco el odio como pecho diurno,
Yo sin  cesar, de ropa en ropa vengo
Durmiendo lejos.
(VALS.-N.R.R.B)


Desde la triste reja que separa su celda del mundo exterior y que a la vez  sirve como ventana y contacto de su realidad con el resto del mundo, el loco conoce y repite a diario esa cotidianidad que solo desde su delirio puede entender y tratar de comprender. Ve a su enfermero, quien después de golpearlo y someterlo para que tome sus medicinas y se deje dar el baño de rigor, procede, al mismo tiempo a introducir entre sus piernas la diferencia física latente y existente entre un hombre y  una mujer. Ya se le ha hecho costumbre y después de que su victimario deje vacías sus entrañas dentro de sus intestinos, el loco se cuelga a su pequeña reja a admirar al mundo cuerdo que al otro lado habita.

Ve por ejemplo, a esa madre que en un caso claro de extrema lucidez, golpea a su hijita de tres años por el simple hecho de que al jugar se ha caído en plena calle y a dejado aflorar un par de lágrimas (más encima le doy fuete grita ella energúmena); pero, el es un demente y dentro de su delirio cree creer que es así como se debe comportar la gente “sana”.

Al rato, un joven; también muy cuerdo él, apuñala a otro aún mas niño por que este lleva una camiseta roja, diferente a la azul con la cual él esta vestido y que marca la diferencia entre las predilecciones futbolísticas de cada uno de ellos......, 2-0 y que viva este mundo de cuerdos carajo.

Ya es medio día y luego de su cóctel de tranquilizantes y psicotrópicos, es hora de otro vistazo a ese mundo de excesiva claridad mental. Justo enfrente se ve como un par de niños habitantes de calle, recogen en bolsas plásticas comida que en ese mismo instante acaban de botar en un restaurante algo lujoso, donde por más señas algunos congresistas acuden a almorzar. Aparte de cuerdos hay una claridad absoluta de justicia social. ¡Hombre que bien!

Las sombras empiezan a apoderarse de la tarde y en un rincón de aquella celda un loco, llorando pide a gritos que por Dios y lo más querido, lo violen, lo droguen, lo golpeen… pero nunca….nunca lo dejen asomar a ese mundo de los “cuerdos”


JACK
Fernando Vanegas Moreno