Páginas

lunes, 18 de junio de 2012

ESTA ES SU ÚLTIMA CARRERA, SR. MARIÑO


ESTA ES SU ÚLTIMA CARRERA, SR. MARIÑO
POR: JAVIER BARRERA LUGO

-¡PFUUU…PFUUU…PFUUU...! –

-¡Tan, tan, tan, ta, tuuumm, tsss…! ¡Estúpido ritmo que se agita y desfallece. Circuito roto… Todo se vuelve un revoltijo de filamentos sepia que se desordenan en mi mente.

El corazón trata de salirse por esos conductos que alimenta ya de mala forma… ¡Maldita sea… ¡¡Me siento mal… ¡Aahh…Aahh…Aahh…!

La meta está demasiado lejos. Los instintos me gritan “¡Ya no llegas, atulampado; te estás muriendo, señor desorden!” Y yo aumento el paso, porque si algo caracteriza mi vida, es que nunca le hago caso a nadie, ni a mí mismo, joder…

-¡Tsigi, tsigi, vupp!, me voy a caer… ¡Tsigi, tsigi, vupp!

Me estoy cayendo… ¡Tsigi, tsigi, vupp! Cómo duele el asfalto caliente cuando la piel de las mejillas se embadurna sobre esa superficie inanimada que transpira…

-Ji, ji, ji… Esta es su última carrera, señor Mariño- dice la vocecita que acompaña la oscuridad que ahora es el mundo.

¡Chanfle, tiene razón la condenada, es mi última carrera, mi última maratón y esta vez no pude superar los diez kilómetros…!¡Soy un mediocre…!

¡UUUUUUHHHHHUUUUUU…!
¡UUUUUUHHHHHUUUUUU…! ¡TIIRUUUUUU…! ¡TIIRUUUUUU…! ¡TIIRUUUUUU…!
¡UUUUUUHHHHHUUUUUU…!

El paramédico se rinde, ya no tengo remedio… ¡Zzzzzriiii… pitchh!
¡Zzzzzriiii… pitchh! ¡Zzzzzriiii… pitchh!... ¡Ppiiiiiiiiiiiiiiii…!

-¿Hora del fallecimiento, Arizmendi?

-¡Tuc, tuc, tuc…! Esta bendita cosa se volvió a dañar… Coloque las once de la mañana.

-¡Carachas, hermano! ¿Las once ya? ¡Carolina me va a matar… No la he llamado y quedé de pasar por ella y los “chinos” para almorzar!