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lunes, 29 de febrero de 2016

JAVIER BARRERA

POESÍA MÁS ÚTIL QUE NUNCA
Por: Javier Barrera Lugo





ANTONIO NARIÑO
1.
Entonces los vientos que llegaban de América abolieron
La indignidad del cadalso y se metieron profundo
En los recuerdos que ni las más duras torturas
Pudieron arrancarle al alma de Nariño.

Todos los colores llenaron de fuego su corazón,
Cada murmullo del viento de Cádiz traía implícito
El querer libertario de los hombres,
El deseo de llenar los vacíos de muerte
Con nuevos inventos y niños que disfrutaran
El valor de lo sencillo.

2.
¿Esta es la justicia del rey?
Juzgaba Antonio sus emociones
Al tiempo que miraba a sus carceleros
Sin desprecio, pero con dolor al verlos actuar
Con repulsivo desdén.

Las luces se encendieron en cada lugar
De las tierras libres,
Cada humano de la sierra, de la selva, de los llanos y costas
Abrió su alma y pensó en el prócer como en el padre
Que tuvo que dejarnos a la fuerza
Apesadumbrado, pero lleno de dignidad.

3.
Antes de caer rendido por el tedio
Le dijo a su carcelero
Que se acercara. Le extendió la mano
Apenas estuvo cerca de él y le dijo:
-Conoces el dolor, la esclavitud, la impiedad…
De donde vengo ya los hombres no tienen rey o dueño-

-Cuando todo esto acabe te espero en mi hogar,
Las puertas de la tierra están abiertas
Para que todos empecemos de nuevo…-dijo.
El carcelero lo miró con un dejo de vergüenza
Y se retiró en silencio.


SWARAJ
(A UN PASO DE NOSOTROS)

Cuando las luces decidieron hacerse cosas, tener nombre, los hijos comprendieron
Lo hermoso que podía ser el hogar.

Cada reflejo era una parte de ellos,
Cada sonido invitaba a imaginar,
Cada senda era una huella plantada para
Cuando el regreso fuese inevitable.

Ahora somos lo que la tierra es:
Lugar privilegiado con cientos de milagros,
Ese latido profundo lleno de fuego,
Piezas de soledad que no entendemos.

Simples preguntas
Que buscan una respuesta clara,
Agua, canales, el viento
Que envuelve deseos y libertades.

Somos una esencia que se calca,
¡Hombres! Hombres al fin y al cabo.
Hombres nobles, ángeles del amanecer
Que prefieren quitarse las alas
Para cubrir el encantamiento
De las ciudades habitadas por iguales.

Cuánto valor tienen quienes
Enseñan con amor
Lo que otros prefieren imponer.


¡Sus miradas encierran la verdad!