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domingo, 30 de noviembre de 2014

QUEMAR LAS NAVES



HISTERIA DE KAUIL
SEMPER  SIMUL  SEMPER CARMINA, CATA



QUEMAR LAS NAVES
POR: JAVIER BARRERA LUGO




DE DIOS PARA TI:

Busca un motivo posible, una causa cierta si deseas colgar por el cuello a un hombre que pretende ser bueno.  De nada sirve condenar inocentes a suplicios que algunos percibirán injustos porque conviertes  a los infractores en mártires, tipos a los que muchos seguirán ciegos y les darás motivos para sentirse con derecho a exigirte cambios.  El universo tiene lógicas que debes garantizar, umbrales dispuestos para ser cruzados por las élites. A punta de versos y buenas intenciones muchos de los nuestros han encontrado como destino la fría cuchilla de la guillotina. A los diosecitos nos condenan la tibieza de carácter, la pusilanimidad, el cerebro que reverbera sin estrategia. ¿Cuánto tiempo crees que te dará la estupidez para enmendar un error en el manejo de tu tribu?
Los creadores y creaciones tenemos debilidades, espacios oscuros desde los que nuestros fantasmas seducen: el primer trago temprano en la mañana, las tetas descomunales, blancas y llenas de pecas de aquella compañera que evade mirarte a los ojos,  la cuenta en Bahamas en la que religiosamente consignas el grueso de los sobornos que cobras, las esperanzas de cortarle el cuello a los dioses viejos que te “regalan consejos” que no solicitaste, (lo tienes claro, si necesitas escuchar opiniones, las últimas que aceptarás serán las de un mediocre que pasa los días masturbando sus pensamientos con delirios de grandeza infundados) el amor y sus malditos influjos... He ahí donde debemos atacar al enemigo, en sus peros, en las acciones que lanzan su moral a la cloaca. Mancilla lo mancillado, la debilidad propicia victorias, urde las prisiones de tus enemigos, no los dejes respirar sin que este acto les recuerde que están comiéndose el barro no por tu culpa sino por sus increíbles ganas de hacerte ver mal.
Lincha, asesina, disminuye a los caídos en desgracia, a los piadosos que pecan porque al hacerlo ya no se verán tan cándidos. Enséñales la escala de valores que confeccionaste desde el inicio, las jerarquías, las razas, las índoles, uno es antes que dos, la marcha victoriosa de los arriesgados cuando degüellan a los que quieren. Has elevado tu esencia y su mantenimiento es un denodado acto de confianza en ti mismo. Evidencia que los necesitas menos comparado con cuánto te necesitan ellos a ti, creador, dador, ejecutor y dueño de sus miserables actuaciones.
Poetas cabrones, varados o andantes, Nietzsche, la maldita Revolución Francesa, los ateos y los agnósticos, los que enamoran a ciegas, de todos cuídate porque al patearles el culo reaccionarán como perros rabiosos, te agradecerán mientras das la espalda y se cebarán con tu carne apenas te descuides, acuchillarán con fervor, heridos en su ego. Maledicentes, te venderán como tirano desconociendo el tamaño de sus peticiones y lo bueno que terminarás otorgándoles gracias a su credulidad.  Son desagradecidos, pedigüeños, fehaciente testimonio de cuán obtuso puedes ser cuando pretendes ser el “mejor tipo del universo”.
Está la cuestión de mis reacciones... Provócame y terminarás pudriéndote en un socavón, la fetidez de un corazón deshonesto, indisciplinado, vil, cubrirá el espectro circundante del ofensor. De él saldrá la lección, será  chivo que expíe los conatos de rebelión de sus iguales, la inconformidad de los espíritus educados para recibir solamente. Si vas a enfrentarte con alguien ten presente siempre el tamaño del contrincante, no seas estúpido ni te lances al centelleo de la fogata por capricho, mide con inteligencia a tu rival. A todos les brindo el paraíso, algunos no se sacian con nada y piden más, si les doy un pan exigen tres, quieren noche al mediodía, ruegan que llueva después de demandar a gritos un poco de calor. Nada es lo suficientemente bueno para estos hijos acostumbrados a buscarle cinco patas a los gatos negros.
Ten presente usurparle apoyos a tus contradictores, usa a sus iguales para hacerles mella. Sabes que todos tenemos precio y nunca faltará quien haga lo que decretes sólo por sentirse un poquito importante. Si ladras, los seguidores sentirán confianza y la emprenderán contra tus enemigos sin escatimar fiereza, entiende que su valor está en la imitación. Observa cómo se orinan de emoción al recibir de tu parte una caricia en la cabeza, un halago sin sustento, las gracias por traicionar a sus hermanos. ¿Crees acaso que lo de Judas  fue un accidente o simple codicia? No. Fue un macabro acto de egoísmo, quiso sentirse parte de algo ya establecido, las monedas fueron el símbolo de su espíritu patético, de lo poco que era. A tus hijos no les interesa brillar sino ser tenidos en cuenta alguna vez, creer que lo que dicen o hacen va a ser reverenciado y beneficiará al todo, pero tú entiendes que nunca pasará; nada menos apreciable que la lealtad de un traidor convencido de ser el héroe de la jornada.
Usa lo que te pertenece, las personas son una insignificante brizna que demuestra lo inmenso de tu poder, eres actor, los seguidores herramientas. Sus conceptos son información poco fiable, jamás los tomes como sustento básico para tomar decisiones, si permites que una de sus ideas intervenga en tu juicio la perdición de lo que eres estará finiquitada. Los imperios son construidos por individuos, las masas los sustentan, esa es una verdad que no admite discusión.  Dispón de su avidez para derrotar a quien ose poner en tela de juicio la dignidad de tu ministerio, altaneros serán si callas o permites brotes de sublevación. Una infección se controla amputando la parte afectada no aplicando compresas de agua tibia con un poco de sal.
Cierro esta reflexión haciendo patente una advertencia: nada tan ofensivo para un diosecito como la arrogancia de un seguidor que cree tener el derecho de recalcar un porqué cuando la decisión fue tomada. Lo tuyo no lo objeta nadie, se cumple y ahí acaba la discusión. Si persiste el capricho de cuestionarlo todo, la crudeza de tus actos extirpará de raíz la virulencia de una acción estúpida.  Tus criaturas son proclives a confabularse cuando se intuyen heroicas, no des pie para que crean lo que sus cabezas vacías les dictan en un momento de efervescencia.
Los privilegios son potestad de los arriesgados y sabes que tus criaturas se cocinan en atávicos temores. No permitas que eso cambie. La creación debe tener un par de dueños, así ha sido y será mientras la eternidad nos siga protegiendo.

                                                  NECESIDAD DE AMANECER

Cuando más solo te hayas entiendes que jamás estuviste acompañado realmente. La gente aparece en tu vida, pasa, se va, en el mejor de los casos te la quitan y el sistema de culpa se traslada a otra entidad. Los que creíste amigos te traicionan por limosnas, en quienes confiaste se llevan las manos a la cabeza y te hacen creer que tus reclamos son infundados: “padeces un desorden mental”, acusan jactanciosos, se disculpan sin quererlo y te endilgan el rótulo de intransigente, olvidando que también has tenido la fortuna de desarrollar el sentimiento de pecado cómodo.
Un mañana decides abandonarlo todo en silencio, encontrarte con ella para amarla y seguir adelante. En el pasado quedaron todas y cada una de las marrullerías de quienes juraron respetarte como lo hacían sus dioses, los préstamos que casi nunca honraron, las ofensas que se cubrían con un “¡ah, no se ponga bravo, venga nos tomamos una cerveza y no jodemos más!”, las tocaditas de culo y todas las estupideces que tú mismo permitiste buscando ser el mejor amigo de todo el mundo. Bueno, lo hecho, hecho estaba y no permitirías que estúpidas nimiedades  dañaran el objetivo de entrar purificado al mundo  obsequiado por aquella mujer de luz.
Un día el cielo azul se cierra y todo en lo que creíste, adorabas y te hacía soñar, queda depositado en la misma fosa donde la carnalidad de la musa reposará para siempre. Tus hijos tuvieron nombre pero no existieron en realidad,el hogar se incendió y regalaste las cenizas, ese espacio de apuesta llamado futuro se llenó de moho mientras se hundía, las realizaciones pararon en seco y la compañía se convirtió en un accesorio inútil. Todo lo que en realidad importaba murió.  No es patetismo sino rabia la que escribe estos párrafos, eso lo sé y no importa si alguien se ofende con eso, ser poeta es apostarle duro al anonimato, así que estas palabras amargas tal vez pasen desapercibidos o se pierdan en la inminencia del silencio, pero quedará evidencia.
Las estructuras de mi mundo colapsaron. Cada cual se quitó el antifaz y salió corriendo. Ante la evidencia decidí comerme la rabia, alimentarla, hacerla crecer porque dispuse no enfrentarme con los vasallos que hicieron la tarea de mortificación sino con quien la asignó. Una lucha se avecina y es la venganza la que todo lo motiva, la que ha hecho florecer no lo peor sino lo que de verdad he sido siempre y no me atreví a ver. Preparo cuerpo, alma, razón, escrúpulos; lo sucedido sentó un precedente nefasto que quiero lanzar por los aires. Las voces que solicitan cordura dictan sentencia sumaria cuando quieren entender que blasfemo:
-¡Con los dioses nadie se mete!-gritan enloquecidas tras los árboles.
-¿Por qué no se puede?-pregunto.
-Ellos crearon todo y todo lo pueden. Si no estás contento con sus decisiones es porque eres arrogante. Trata de buscar paz, resígnate, déjala descansar.
-No es por ella, es por mí-les digo exaltado. Y prosigo:-Al menos una explicación creo merecer. Todo lo siento como un capricho de alguien que quiso dejarnos claro que hasta para ser feliz se debe pedir permiso. Paraíso, un concepto que no creo merecer, así como no creo merecer el infierno, la ausencia, el eterno trepidar de mi voz en las paredes.
-¡Blasfemas!
-Exigir mi derecho no es blasfemar. Además estoy advirtiendo las cosas con tiempo, que se vaya preparando... Somos una copia de los dioses, tan imperfectos como ellos, llenos de resentimiento como ellos, pusilánimes como ellos… No creo intimidarlo, esa es mi ventaja cuando lo aborde y busque arreglar cuentas…No va a saber de dónde fue lanzada la primera estocada.
-Nada de lo que planeas la revivirá, es un acto inútil tratar de mermar la resistencia de un ente todopoderoso-exclaman con pesar.
-A ella déjenla fuera, no nombren a alguien que empezaron a olvidar. Sé que no se levantará del sepulcro, pero esta batalla es por salvar lo que queda de mi alma, es un simple acto de dignidad cuya esencia es el respeto a mí mismo. No puedo valorar de manera simplista lo que este tipo de diosecitos le dan a unos pocos y le quitan a la mayoría, los beneficios deben darse sin condiciones y él y los de su casta piden sumisión como cuota para otorgar privilegios. Yo con eso no comulgo.
-Has lo que quieras, poeta.
-Eso lo tengo claro desde que ella se fue.
Desafío. Una palabra que tiene poder para aquellos que no tenemos mucho que derrochar. Hasta las ruinas pueden incendiarse si el objetivo es hacerlo desaparecer todo en el fuego que purifica. Y eso es lo que está latente en mi mensaje: la limpieza del alma a través de la justicia que ni los hombres ni los dioses me darán. Yo mismo busco lo que necesito, los cazadores de la antigüedad, por más crédulos que fueran, no obtenían sus presas con sólo implorar a las deidades del bosque, sus travesías duraban días, el sudor, la sangre y sobre todo el estímulo del hambre los hacían sobreponerse a la rudeza de natura. Lo mejor de todo es que ganaban conocimiento de ellos mismos, confianza, perdían el miedo y es eso lo que me motiva, conocerme a través del enfrentamiento, mirarme a los ojos y encontrar al hombre gris que custodia una lápida que se empieza a comerse el tiempo.
Lograr el azul del cielo en las pupilas de la muerte, enfrentar a ese diosecito al que le temo con altanería. Sólo una respuesta estoy pidiendo, que se pronuncie y me aclare lo que otros quieren explicarme sin saber: ¿qué gané al quedarme sin ella? Necesito amanecer una vez más. No confronto con arrogancia, voy a la fuente, no gano nada queriendo acabar con un dios destrozándole la vida a sus seguidores, simplemente no puedo avanzar si la verdad no me toca el corazón, los silencios azotan mi alma y la disminuyen, me siento viejo, cansado y eso raya en lo ofensivo. Dios existe, de eso estoy seguro, respeto ese axioma, lo que no tolero es que un diosecito de tercera categoría se guarde lo que es mío, lo que merezco, por eso voy a la guerra.
Tengo definida mi estrategia. No creeré en términos de paz que emita el diosecito porque para él, ese escenario significa avivar la confrontación bajo la mesa, en la batalla hipócrita nadie piensa y eso es lo que necesita, sin cuestionamientos  puede implantar su voluntad, cada capricho que se le ocurra será una orden cuando la confusión reine. No asumo la libertad que confunde, que hace zozobrar el sentido común y motiva el conformismo. Sublevarse es una obligación cuando la autoridad se transforma en autoritarismo. No hay espacio para rendiciones mientras esté en juego mi alma. Victoria o muerte, mantra que repito mientras llueve fuego sobre la historia.
La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo”,escribió Nietzsche, probado verdugo de dioses y estoy de acuerdo con él. Todos los días pulo el espíritu en aguas de descontrol, no me mido, no escatimo, no me conformo, porque conformarse es asumir que no puedo hacer nada más. Los recuerdos son en el fondo compromisos que adquirimos sin saberlo y los que yo forjé con ella, tienen la virtud de lo indeleble y sólo la muerte puede llevarme a no cumplirlos. Lucho contra una esencia que creo empezar a conocer, sus obras la desenmascaran, sus omisiones confirman los flancos que deja expuestos inconscientemente,  porque nada es perfecto, ni siquiera quienes asumen serlo por acto de herencia, dignidad o compromiso. El miedo es el combustible que mueve los cimientos del espíritu o los calcina, en poco tiempo se develará cuál de los dos senderos tomará este poeta alucinado por la ira.

Espero que al final, pase lo que pase, sea ella quien me muestre el camino que toman las mariposas cuando escapan del interior de las piedras. Sólo ella, sólo por ella, vale la pena ir en contra de la supuesta naturaleza de las cosas y su magia pervertida.

domingo, 23 de noviembre de 2014

NO SIEMPRE GANA DISTANCIA...

NO SIEMPRE GANA DISTANCIA…

Fernando Vanegas Moreno



“Ojalá pase algo que te borre de pronto, una luz cegadora, un disparo de nieve, ojalá por lo menos que me lleve la muerte…”. Serian las dos de la mañana y este estribillo se ahogaba en las gargantas de cuatro andariegos malpensantes. Era la muy difícil época de la adolescencia, del colegio, de los primeros amores, de las génesis del dolor. En un rincón, Ernesto y Oscar exaltaban un nombre: Monika. Así, con K, aquella por la cual se paralizaba el universo barrial de uno de ellos, en el extremo opuesto, Vladimir y yo, llorábamos a una ausencia de ojos verdes; lo había dejado, y tras ella se fueron las ilusiones de ese ser que hasta hace poco era el más fuerte de ese combo de perdidos. No sabíamos nada, pero la vida se encargaría de mostrarnos que lo peor vendría después.
En una habitación cercana, Doña Carmen, la mamá consagrada de Rincón, oía el llanto de su hijo y amparada en su carácter fuerte, pero acompañada a la vez de esa ternura que es propiedad exclusiva de las madres, nos gritaba (sin mucha convicción), que apagáramos la bulla, que esas no eran horas de molestar y despotricaba, a “esos”, los amigos de su hijo.., pero de nada servía, entre más nos gritara, más se  acrecentaba el llanto y el dolor: “para que se quiere tanto, para que, si el amor es falsedad es ilusión, que nos hace llorar y padecer, que nos enferma muy ligero el corazón”, eso y solo eso era lo que le escuchábamos a Julio Jaramillo, mientras el licor, cada vez más escaso en la botella pero muy abundante en nuestras almas, oxigenaban ese ambiente de malquerencia y de emoción.
Vladimir, mi amigo, mi hermano, el que muchas veces fungiera como mi roca de salvación, en ese momento no era sino un pedazo de mierda, arropado por la cobija siempre conveniente de la conmiseración, pero no importaba, ahí estábamos nosotros, dispuestos a lo que fuera por aplacar (así fuera solo un poco), ese tsunami de pena que lo arrasaba todo en su interior. “Sábado al fin, termine de estudiar te propongo un hermoso plan”, continuaban las canciones, que como viles masoquistas hacíamos sonar en esa vieja casa, de un viejo barrio, de una, aún más antigua ciudad.
Esa madrugada y por dejar de fastidiar, decidimos, grabadora en mano, echarnos a la calle a culminar nuestra historia etílica, a dar fin al tiempo del dolor, a matar de una vez por todas esos sentimientos de rencor y de pasión; de nada sirvió el regaño de una mamá furiosa, menos, la voz precavida de Oscar, quizá el más maduro de los cuatro, había llovido y el frio se colaba hasta en los bolsillos, pero qué más daba…, su niña de ojos color esperanza se había marchado y era momento de perder. Y volvía a comenzar: “El tiempo pasó y mi temor aumentaba, en dicha medida aumentaba mi amor, el miedo a perderte me mortificaba, vivir para amarte era mi obsesión”  . No sé cuánto tiempo pasó, lo cierto es que de pronto me vi rodeado por tres almas perdidas: Vlas, quien lloraba por aquella a quien tuvo y  no supo conservar; el otro, en ese momento caminaba en su mente de la mano de una mujer que hasta ese instante solo era un sueño inalcanzable, el tercero se hundía en el juego maligno de la duda: su amor de siempre o alguien nuevo que lo había parido a un mundo desconocido de sentimientos; ah y por supuesto yo…, yo fumaba y bebía, no tenía más que hacer, fumar, beber y escuchar. Ni siquiera imaginaba que el destino un año después, me ubicara en un lugar más profundo que en el que Vlas se encontraba esa mañana.
Cuando se agotaron las lágrimas, cuando el licor desapareció y cuando las baterías de la grabadora se fundieron, llegó el momento de retornar a casa. Ernesto tomó un taxi, Oscar y yo, cada uno tomándolo de un brazo, dejamos a Rincón en su casa (obvio, luego del regaño justo de una progenitora llevada de la ira) y juntos, decidimos que nuestro tiempo de caminar apenas había empezado…., andamos mucho…, hablamos más: de la noche, del amor, del dolor…, de la esperanza. Éramos muy jóvenes, pero algo nos decía que la vida es un mar de mierda que hay que cruzar con la boca abierta, y que por eso mismo era fundamental aprender a nadar con la boca cerrada, que la esperanza y el mañana surgen de cómo se actúe hoy, que todo pasa en un continuo devenir…, que en ese momento solo él, yo, el amanecer y las calles desiertas existíamos, y que tal vez algún día, en algún momento, ese amanecer y esas calles volverían a reunirnos, no solo a los dos, sino a todos y todas las protagonistas de esta historia que hoy, 22 años después me atrevo a contar.

Desde entonces no los he vuelto a ver, Sé que Oscar y Ernesto, como pocos, conquistaron y aún viven con las inspiradoras de sus sueños, Vladimir, bueno, Vladimir con el tiempo volvió a ser esa fortaleza que siempre conocí; son felices, o eso deseo, y yo, pues marica yo, sigo esperando que aquellos amaneceres y aquellas calles vuelvan a reunirnos, y que como telón de fondo, como música incidental suene esa frasecita icónica y Cabralesca con la que me despidiera una mañana hace dos décadas, un bacán que amparaba la nostalgia en el confín de sus locuras: “No siempre gana distancia el hombre que más camina, a veces por ignorancia, andar se vuelve rutina, no por gastar los zapatos se sabe más de la vida, ni poco ni demasiado todo es cuestión de medida”

domingo, 16 de noviembre de 2014

REENCARNACIÓN

REENCARNACIÓN


Por: SanLiSan
Sandra Liliana Sandoval


Recién empieza un nuevo día y aquí sigo yo, queriendo contarte 
todo lo que pasa por mí cabeza. Siento el aire frío recorrer mi espalda..., con vos tendría más calor entre mis sábanas, menos nostalgias en mi alma. La distancia nos acerca más. Estoy segura de que pasará, una mezcla de sabores será nuestra unión de besos de partir la boca con sabor a rocío del Mediterráneo,
de yerbas de Cantabria y de flores colombianas. Sabrás que dentro de mí crecen frescas hierbas, perfume de jazmines, sabores de oriente. Que sé comer con las manos el mundo que me pertenece, que las maravillas de las que tanto hablan, en mi piel son verdaderas. Que me ilusiono fácilmente, que odio pelearme con la gente que quiero, y que quisiera nunca más mentirme diciéndome que no siento nada, o que lo que siento no es tan importante como para no desquebrajarme un día cualquiera, mientras bebo una copa de vino que me sabe a gloria si cierro los ojos y apareces tú. Sabrás de mí todos los secretos que te imaginas, las caricias que deseas y esos, mis besos que son capaces de llevarte más allá del cielo en un segundo.
Hacerte morir cada vez que me toques, revivir todas tus sonrisas y a mi lado encontrar la felicidad que lleva mi nombre. Viajarás por lugares que te harán volver a creer en esos sueños de pequeño, desearás saber tanto de mí, que dejarás de vivir cualquier otra sensación diferente a la de saber para qué has venido.
Darás rienda suelta a tu amor dormido, te sentirás tan vivo que volverán a vos las fuerzas para recorrer mi mundo entero. Compartirás mis recuerdos que renombraras con tus besos que me llenaran de vida, de aire puro, de rocío después de la lluvia, del agua después del amor. Te amaré de punta a punta, cada una de tus vidas de antes y después. Cada uno de tus miedos, los cambiaré por deseos nuevos.
Pasan los minutos y mi cuello siente aún el peso de este otoño que aún no termina. Las estrellas aparecen, brilla el cielo y siento un pequeño escalofrío. Te siento y ya no puedo más. Quiero darte mi alma quiero darte mis recuerdos.
Los primeros amores, las primeras sensaciones, los nervios de ese instante antes de ver la luz, de los miedos, las lágrimas y el olor de la mañana.
Quiero darte todo, nacer de nuevo en vos, ser tu mundo, construir los sueños que haremos de viejos, las palabras, los primeros amores, la emoción, el placer, la ilusión. Quiero que seas el primero y el último, el amor de adolescente.  Quiero que tu nombre sea la razón por la que quiero salir a comerme el mundo,
Quiero que seas dueño de todo lo que conocí, el señor de mis espasmos, quiero tu pecho cálido en las noches en que no pueda dormir. Quiero todos tus besos, del primero al último. Quiero que tu boca sea todas las bocas que me han besado, Todos los amantes de mis guerras dentro de tu cuerpo. Quiero que todas las llamadas sean para ti, las despedidas, los reencuentros, las noches en vela, los besos que no di, el placer que no sentí, la oscuridad, los juegos a escondidas las manos bajo la ropa, la humedad, el sudor, el cansancio y..., empezar otra vez.




Productora de cine, una colombiana en Buenos Aires…, desde Argentina, Sandra Liliana Sandoval (SanLiSan), nos da razones para renacer día a día.

domingo, 9 de noviembre de 2014

VIENTOS HURACANADOS Y FINALES FELICES

VIENTOS HURACANADOS Y FINALES FELICES
Por: Javier Barrera Lugo


Voy pensando en cosas que  no tienen relevancia para el resto de habitantes del mundo. La tormenta arrecia; vientos huracanados y lluvia forman una tela blanca que ciega a la conductora y lo único que impide que la camioneta se estrelle contra el vehículo de adelante son las luces de parqueo, que precavido, el patrón de la tractomula rojo fuego accionó para evitar una calamidad en plena Interestatal 95.
El martes menos típico de mi existencia está marcado por la duda, la desazón y las ganas inmensas de seguir callado en este rincón. Simulo una caricia a las siluetas que las líneas de agua marcan en la ventanilla y que parecen gesticular una sentencia que lo profundo de mi ser quiere escuchar para hacer más cómicos los presentimientos que muerden mi nuca con el apetito de una manada de lobos.
Mis compañeros de travesía duermen profundamente. La semana que acabamos de pasar destrozó la resistencia de los cuerpos y las mentes.Tanto sol, montañas rusas y personajes de películas famosas encarnados por hombres y mujeres que ganan U$12.85 la hora, les hicieron trizas la capacidad de disfrutar de un evento cercano a la muerte poco probable para unos excursionistas infectados de optimismo.
Todo parece licuarse en explosiones de fosforescencia y oscuridad dentro de una atmósfera pesada donde la velocidad y el pavimento mojado son elementos relevantes en la intención de volverse loco, mientras se trata de mantener alerta los sentidos como acto de solidaridad con la conductora que nos guía a través del peligro. Es un juego de dar y recibir sin decir nada, simple observación de lealtades sugeridas.
Ella sale del sueño y aprieta mi mano diciéndome con este gesto: “aún estoy aquí”; que el vendaval es un regalo de la naturaleza; pero mis obsesiones están acostumbradas a navegar en los extremos deliciosos de la química cerebral. Los pensamientos trágicos son la sal de mi felicidad. Igual, agradezco a mi vecina de puesto el acto de ternura con una caricia en su mejilla izquierda que dura hasta que el cansancio la vuelve a vencer.
La conductora se atreve a hablar cuando de repente, como comenzó, la tormenta se vuelve una delicada proyección de gotas sobre el vidrio panorámico. El sol se estrella contra las bocas abiertas de los que duermen, formando cientos de arcoíris sobre los labios húmedos. Ella, Jonás, la tía, la monita, Joaco,  despiertan para darle las gracias por haberlos salvado de la tragedia que sólo existió en mi mente. 

En una tienda junto a la carretera la conductora bebe café, fuma compulsiva uno de mis cigarrillos y en silencio evalúa la hazaña que acaba de realizar. Salvar de los delirios obsesivos al pasajero de la última silla es el menor de sus logros. Me acerco, le doy las gracias con el corazón abierto y el sentido de supervivencia activado a su máxima potencia. Me mira y dispara una conclusión disfrazada de consulta:
-Fuiste el único que se mantuvo despierto todo el trayecto. A ninguno le importó lo fuerte de la lluvia, la poca visibilidad, la velocidad a la que íbamos en la carretera, ni como el viento le pegaba a la camioneta y la hacía desplazarse hacia un lado como si fuera un juguete de cartón. Acto de fe en el otro; eso me regalaronlos durmientes. ¿Acaso tu confianza en mis habilidades es tan escasa?
Mi mirada queda fija en sus ojos. La pregunta es una acusación directa, tácita, no hay espacio para teorías. Aquella odontóloga de profesión y conductora por azar, parece querer aplastar mi fobia con el movimiento rápido de su lengua hecha un puño que golpea. Pienso la respuesta, la auténtica, no la que quiere escuchar. Enciendo el último cigarro que me queda y me voy lanza en ristre buscando defender mi lógica peculiar:
-Confío en ti. Me gustan los desenlaces felices, las sonrisas, hasta las lágrimas agradecidas antes de la aparición del cartelito en letras blancas que dice FIN. Cuando se enciende la luz del teatro vuelvo a ser el mismo cínico. Las situaciones límite me suben la adrenalina. El pesimismo es un deporte de alto riesgo-. Concluyo mi respuesta con una mueca que no parece convencerla.
La conductora anuncia que debemos volver a la ruta; la idea es llegar a la ciudad dorada antes de las cinco de la tarde. Mientras nuestros compañeros suben a la camioneta, dos hombres grandes, blancos, mirada agresiva y una incipiente borrachera, entran a la tienda y van directo a la caja. Sin decir nada, diciéndolo todo con una inclinación de la ceja, me ordena subir rápido.
Un par de minutos después, los hombres salen de la tienda con dos cajas de cerveza y desaparecen del estacionamiento. Los pasajeros se quedan dormidos y sólo la voz chillona de un locutor, que la radio vomita estridente, es el sonido que acompaña el trayecto final del viaje. Una tarde de postal se abre a lado y lado del cielo: la promesa muda que apacigua mis miedos y a ella le permite respirar con tranquilidad.
En el horizonte, los edificios se pueden aplastar con los dedos. Uno a uno, los camaradas comienzan a despertar. El tráfico se hace denso, las caras familiares, el hedor del apiñamiento vehicular, palpable. La conductora programa el GPS e informa que en media hora llegaremos al hotel. Siento sus ojos mirarme el alma a través del espejo. Me concentro en la trivialidad de la calle, ya habrá tiempo para desenmascararnos.
Todos se lanzan a la recepción para escoger habitación y los compañeros de celda que mejor se acomoden a sus manías. La conductora deja el maletero abierto, besa a su esposo y se queda frente a la puerta buscando encararme. No desprecio el duelo, la curiosidad hace trizas los órganos que me tapizan el tórax. Me acerco y testifico cómo la suya, es una confesión llena de arandelas:
-También pensaste que los tipos esos iban a atracar la tienda como en las películas, ¿verdad? El olor a marihuana era fuerte... No niegues que sentiste miedo. ¿Acaso tu temor aplica sólo para las tormentas?- Espera una respuesta satisfactoria de mi parte, un faro en mitad de la penumbra... La miro y sonrío. Mantengo la boca cerrada.
-Respiré tranquila cuando los vi salir. Ni sirenas, ni forcejeos, o cajeros que salen disparando una escopeta a diestra y siniestra… Por un momento me sentí tonta al imaginar algo así. ¿Una balacera en una tienda de carretera? Vaya si me puse loca por un instante… Eso se queda para los “mamertos” como tú, (risas). No, en serio, pensé que la cosa se iba a poner difícil… Gracias a Dios…

“Volverse adicto a los finales felices no es algo fácil de asumir”, quise responderle. Es cierto; pero cuando iba a pronunciar la sentencia máxima contra aquella conductora que me cae bien, pese a las evidencias; el tarado de Ney, mi espíritu opuesto en la galaxia, aulló una orden que me hizo reír e irritar al mismo tiempo: “¡Ricitos, ayude a cargar las maletas…!” Vaya si son difíciles los grupos y sus reencarnaciones en masa.

martes, 4 de noviembre de 2014

CIENCIA FICCIÓN

CIENCIA FICCIÓN
Oliver Barona, Celaya, México


-¡No permitiremos que la corrupción empañe la visión que se tiene en el extranjero de nuestro país! –decía fervientemente Ernesto Barreda Miramón, jefe de la contraloría de Ciudad Principal de la nación del Tequila y el Mariachi, en el canal seis de la televisora americana, justamente cuando en la competencia se mostraba un video donde recibía quinientos mil dólares para conseguir el permiso para un pequeño hotel en el centro de la playa que le pertenece a los japoneses.
-Permítame mostrarle una imagen que nos acaba de llegar –le dijo el titular del noticiario de las diez. Barreda se quedó tan pasmado que tardó más de dos segundos en recuperar su pose de político perfecto, esbozó una sonrisa sin poder ocultar la sangre subida a su cara, esa por la que tantos proyectos se le habían venido abajo y pronunció la más grave sentencia hacía el innombrable:
-¡Esto es obra de gobernación!, intentan poner fin a la prometedora carrera de mi jefe aniquilando a sus cabezas. Es increíble hasta donde hemos podido llegar. El partido de las manos cortadas ha lanzado una cruzada en nuestra contra. Sí, eso es lo que está sucediendo. ¿En qué tipo de país estamos viviendo?, la presidencia utiliza medios federales para atacar a los políticos trabajadores que intentamos darle vida a una nación podrida de corrupción. Es hora de que todos nos unamos y gritemos a viva voz nuestra verdad; no podemos mantener la credibilidad en los votantes si se juega de una manera tan sucia. ¿Quién crees que paga todo este numerito montado?, pues el pueblo, únicamente ellos son los que a cada escándalo pierden la capacidad de compra. ¿No se supone que íbamos a crecer al siete por ciento anual? Ahí están las mentiras de este gobierno federal ahogado en la inmundicia de los golpes bajos y absurdos.
-Lo que usted quiere decir es que este video es una farsa, me imagino, porque yo lo veo a usted claramente recibiendo el dinero –le dijo el locutor envalentonado por la gravedad de la noticia, a lo que Barreda contestó con otra diatriba para el gobierno federal y cualquier persona que se acercara a ellos.
Al enterarse de la noticia, Demóstenes Santa Magón, el gobernador de Ciudad Principal del país del tequila adulterado y el mariachi con armónica, rompió en los sollozos habituales de las seis de la mañana. Como todos los días, juró por la memoria de nuestra santa patria, que el mundo entero se había volcado en su contra. Despidió a Barreda pidiéndole que le entregara a su chofer la parte del botín conseguido y le aseguró una plaza en el gabinete federal pasados tres años. Para Demóstenes, los juegos sucios eran cosa de su pasado. Él había pertenecido al partido eterno de la revolución tequilera, donde la política era el arte de comer mierda sin hacer gestos. El video incriminador no le afectaba la popularidad conseguida a fuerza de cemento bien empleado. Era el candidato favorito para ganar las lejanas elecciones, se había convertido en el “inigualable menos peor de los candidateables”. Su más cercana competidora era justamente la esposa del innombrable, poca cosa para el partido del olvido comunista, quienes en la sangre de sus compañeros asesinados cimentaban sus esperanzas para dejar de ser el único partido importante en no obtener la presidencia una sola vez.
En la oficina del secretario de gobernación de la nación del tequila adulterado, agave pasado y mariachi con armónica, desafinado; estaba Asesino uno, escuchando la llamada telefónica entre el secretario y el innombrable.
-Si jefe, ya entregamos los demás videos, ahora si el partido del olvido comunista estará completamente aniquilado. ¿Entonces qué jefe?, ¿si me va a dejar ser su seguro sucesor? Carajo, este cabrón me volvió a colgar –le dijo a Asesino Uno. –Éste cabrón cree que me puede hacer su pendejo toda la vida. Yo hago todo su pinche trabajo sucio y resulta que para ser presidente en este pinche país hay que dar las nalgas. Mira, yo te pensaba contratar para asesinar al pinche tartamudo, pero estoy pensando que sería más fácil si al que matamos es al innombrable. Le echamos la culpa a los pendejos del partido del olvido comunista y me voy derechito a la grande. No le vayas a contar a nadie, pero una vez ya me senté en ella y de veras está bien rica.
-Pero, ¿y yo como voy hacerle para acercarme a él? y menos ahora que las cosas están tan calientes, no voy a poder salir libre de ésta y yo no quiero convertirme en una réplica de mi mismo como le sucedió al que mató al candidato del partido eterno de la revolución tequilera –dijo preocupado Asesino Uno.
-No seas maricón –le contestó el secretario de gobernación, mientras asesino Dos trataba de solucionar el problema de audio de la cámara escondida para Asesino Uno.
Llegaron a montones los videos incriminadores de todos los partidos, a excepción de los del partido de las manos cortadas, ya que los demás partidos apenas los estaban fabricando. Incluso hasta a los niños de la primaria que jugaban a gobernar el mundo les llegaron sus incriminaciones. En el país del tequila adulterado, agave pasado, importado y el mariachi con armónica, desafinado, borracho; no importaba si el protagonista de las cintas era culpable o inocente, si aparecía en cualquier noticiario entonces era un corrupto empedernido. Muchos ni siquiera recibían el dinero de los múltiples sobornos, incluso hubo uno que recriminó al sobornador pidiéndole que hiciera sus operaciones de manera correcta. Aun así, él, como todos, fue despedido de su partido y su cargo. Poco a poco el gobierno se fue quedando sin gobernantes.
Inocencio PocoTiempo, un adolescente que aspiraba a ser algún día el innombrable del futuro, tomaba nota de los acontecimientos. Al no tener cámara, logró que el presidente de la mesa directiva le cediera el puesto a golpes. Soñaba todos los días en poder llegar a la presidencia. Aunque agresivo por naturaleza, le interesaba en verdad cambiar a la sociedad. Escuchaba diatribas y panegíricos por igual tomando de ellos lo que creía correcto. Era uno de esos especímenes de nuestro pueblo que en verdad quería luchar por su pueblo y lo hacía. No soportaba la corrupción y comenzó una lucha sin tregua para aniquilarla. Iba a las dependencias gubernamentales, sobornaba a quien se dejara y gritaba a viva voz que tal por cual era un paria de la sociedad, para después llevar una grabación al noticiero que le quedara más cerca. Lo que nunca comprendió es porque había tantos videos y audios sobre el mismo tema en la televisión, pero los que él llevaba con sus propias manos nunca eran exhibidos y eso que en los suyos si se escuchaba el delito claramente. Aún así no se desesperó y tomó partido, el del olvido comunista. Curiosamente a partir de ese día, ya con cámara, todos sus videos fueron transmitidos por televisión nacional.
Asesino Uno asistió como invitado especial a una cena de la fundación Vamos país del tequila adulterado, de agave pasado, exportado, rebajado y del mariachi con armónica, desafinado, borracho, caro; donde se encontraría el innombrable. Tomó la copa y espero su arribo. Por fin llegó y pronunció su discurso:
-Hemos limpiado de alicatas el chiquero. Nos costó trabajo pero lo hemos logrado. Hemos desinfectado a este país de todas las ratas de dos patas y lo hemos hecho rápido. Hemos asegurado seis años de permanencia en el poder de la familia innombrable y como todos ustedes son unos borregos que ni siquiera están poniendo atención a las pendejadas que estoy diciendo, entonces ni se dan cuenta. Ya cuando sientan a la innombrable se van a percatar de su inutilidad. Les dimos con la bota en el trasero y siguen sin ponerme atención. Si vieran la cara de idiotas que tienen todos sonriéndome y alabándome mientras yo me los estoy chingando –esto lo dijo muy fuerte y algunas personas del público reaccionaron, él continuó –hemos logrado fortalecer al partido de las manos cortadas por los medios más honrosos posibles.
Asesino Uno fue el único quien se dio cuenta del agraviante discurso del innombrable y hasta sintió gusto por el acto que estaba por realizar. Esperó a la serie de abrazos acostumbrados para felicitar al jefe por las sabias palabras pronunciadas y al llegar su turno puso la pistola en la sien del innombrable y frío, jaló el gatillo. Se escuchó el estruendo y los guardias pronto dejaron a Asesino Uno irreconocible. Mientras, Asesino Dos tomaba un avión a Europa con el dinero que le había dado el innombrable para salvar su vida. Pronto el jefe de la nación del tequila adulterado, de agave pasado, importado, rebajado, con refresco de toronja sin gas y el mariachi con armónica, desafinado, borracho, caro, sin guitarras; explicaba al teleauditorio lo sucedido.
-Estimados mexicanos grandes y mexicanos pequeños, hoy sufrí un atentado por parte de un grupo, para el cual, su único interés es desestabilizar a nuestro país. Por medio de mi muerte intentaban destruir todos los resultados obtenidos por el trabajo arduo y esmerado de esta administración. Por fortuna, un mexicano grande, honesto como toda la gente de este hermoso pueblo, me ha puesto sobre aviso y le ha cambiado los mortales proyectiles al arma por simples balas de salva. Así es, mi salvador era amigo íntimo de mi asesino, pero fue más fuerte su amor por la patria que su interés por el bienestar de este individuo. Alegrémonos todos, éste deberá ser un día de fiesta y no de tristeza. Hoy hemos desarticulado a una banda de asesinos mochando la cabeza -.Así habló el innombrable con el mejor uso de su limitado léxico, sabiendo que la población pone mucha atención a lo que sucede en la televisión. Llamó en secreto a su secretario de gobernación, le informó como habían sucedido las cosas, le ratifico en el cargo y le prometió que sería el jefe de campaña de la próxima innombrable.
-Yo creí que ya le habían caído en la tranza –le dijo Inocencio PocoTiempo a Demóstenes Santa Magón en broma.
-Y yo creí que te iba a apoyar en tu pluri –contestó –es hora de que conozcas como se trabaja en la política mexicana. Estos trucos me los aprendí cuando estaba en la revolución tequilera. Número uno: la ingenuidad es la mayor de las virtudes, Inocencio. No importa lo que suceda a tu alrededor, en este pueblo es mejor ser pendejo a ser corrupto, sino, mira al innombrable. Número dos: No importa lo que suceda, mientras las chivas ganen, o mejor dicho, el América pierda, a la gente se le va a olvidar cualquier suceso, sin importar cuánto se hayan robado. Y por último, y más importante de todos, y en el cuál estás más frito que Barreda: nunca digas que te quieres convertir en el innombrable, si así ya me quieren matar, ahora imagínate como me iría si fueran congruentes mis discursos con mis aspiraciones.
Inocencio CadavezmenosTiempo escuchaba con atención mientras su corazón sentía como todas sus ilusiones morían. Como cualquier adolescente de amplias aspiraciones, creía en poder convertir al país del tequila adulterado, de agave pasado, importado, rebajado, con refresco de toronja sin gas, rasposo y el mariachi con armónica, desafinado, borracho, caro, sin guitarras y menos violines; en México, la legendaria nación que caminaba erguida al saberse el ombligo de la luna. Quería poesía en su gente, encontraba en sus habituales paseos por el parque miles de tonalidades de verde, hasta que Demóstenes le mostró la que más le gustaba y le llevó a su mamá sólo cien de los setecientos que le habían dado “para que te vayas acostumbrando” le dijeron.
-¡Eeeesta noche, le deformamos la noticia!, decía el locutor del canal ocho. Barreda ha sido encontrado. El exjefe de la contraloría de Ciudad Principal fue hallado no me va a creer donde: ¡en un orfanato! se cree que intentaba ocultarse en algún sitio donde las autoridades nunca se les ocurriría buscar, nunca se imaginó que el innombrable deseara tener un hijo más. Escuchemos al presunto y obvio culpable en vivo:
-Es claro que el dinero fue entregado a esta institución, a donde vine a esconderme porque seguramente ellos tendrían la caridad de recibirme.
-Pero la Madre Superiora dice que usted amagó a todas las monjas para poder permanecer dentro de esta institución –dijo el entrevistador.
-Era sólo un juego
-¿Y él dinero? Ellas dicen nunca haber recibido nada.
-Pues mire… -y mientras los policías festejaban el arresto mandando saludos a sus familias por medio de la cámara, Barreda emprendió la huída sin que nunca pudiera ser localizado. Mientras algunos decían que se encontraba en Las Vegas, otros decían que había escrito un libro sobre el movimiento guerrillero-literario de un estado del sur y, que por medio de metáforas, se había escondido en lo más recóndito de su casa en cierta zona residencial.
-Próxima innombrable –decía el innombrable – ¿qué ya no me quieres? ¿Por qué ya no me das besitos?, en serio, ¿Ya no me quieres?
-Eres un idiota, por tu culpa iba a perder las próximas elecciones, afortunadamente se me ocurrió la idea de los videos, porque si por ti fuera, ya estaríamos perdidos todos los del partido.
-No tenías que hacer esto, mira, el próximo año vamos a crecer al siete por ciento, no te digo que en quince, pero en veinte minutos voy a acabar con el problema del movimiento guerrillero-literario, y voy a aumentar la capacidad de compra de todos los mexicanos los grandotes y los chiquitos –dijo con lágrimas en los ojos y el corazón en la mano.
-Ya déjate de lloriqueos, necesito que mañana vayas a un evento de la fundación Vamos país del tequila adulterado, de agave pasado, importado, rebajado, con refresco de toronja sin gas, rasposo, sin añejar y el mariachi con armónica, desafinado, borracho, caro, sin guitarras, menos violines, botonadura de plástico; es importante para quitar la mala imagen que gracias a tus incompetencias tenemos -dijo la innombrable con un látigo con punta de pata de gallo.
Demóstenes lloraba en su cuarto, se daba cuenta como había corrompido a un joven con esperanzas, con sueños puros como los había tenido él hacía muchos años. “Pero él ya golpeaba a sus compañeros en la escuela para obtener poder” pensaba tratando de justificar su acto “si no hubiera sido yo, otro le hubiera entregado menos dólares y el resultado sería verlo de candidato contrincante en el futuro, hice bien” Y así terminó de romper el dique que le impedía soltar toda la desesperación que le causaba su situación. Hacía muchos años, a él también lo habían comprado, no habían sido dólares, sino promesas como se hacía anteriormente –ahora los jóvenes ya no se creían de nada –Las promesas fueron cumplidas pero a golpe de tortura ajena, de matar al Demóstenes honesto, “tengo que aprender el sistema para poder cambiarlo cuándo llegue al máximo nivel” se decía ingenuamente, pero ahora que estaba a punto de llegar tenía tantas deudas, tantos favores para pagar, que era imposible salir impoluto de tanta mierda. Él no quería convertirse en el nuevo abuelo del partido del olvido comunista, así que se olvidó de su moral y utilizó a su nuevo alumno como un paliativo que esperaba no utilizar. El plan era sencillo, en caso de perder las próximas elecciones, haría que Inocencio YacasinadadeTiempo, con su tremendo carisma, rompiera fingidamente con él y llegara a ser el innombrable para el siguiente lapso de poder absoluto. Esta práctica había sido utilizada desde tiempos inmemorables por el partido de la eterna revolución tequilera y cada vez había tenido gran éxito. Así que inmediatamente comenzó su plan teniendo tal aceptación que a los pocos meses de darle gran fuerza a Inocencio como el gran liberador del país –algunos hasta les hubiera gustado como innombrable para este periodo, pero no cumplía con la edad –de tal manera que se olvidaron de él, lo que le aseguraba su triunfo y la continuidad de un nuevo maximato. ¡Miel sobre hojuelas para el olvido comunista!
-Necesito que regrese de su viajecito y cumpla algunas de las órdenes que me dieron y son de verdadera urgencia –le dijo el innombrable por teléfono a Asesino Dos, quien pensaba en jamás regresar, pero las maletas llenas de dinero y la promesa notariada de que nunca sería filmado en ninguna de sus actividades lo convencieron.
- Pero, ¿no cree que matar a Inocencio es demasiado duro?, podría revertírsele y todos perdemos.
-Tú quédate callado y realiza tu trabajo. Yo tengo plena confianza en la astucia de la innombrable… perdón, en mi sabiduría política.
-¡Eeeesta noche le deformamos la noticia de nuevo! –Anunciaba el noticiero del ocho -Inocencio SinTiempo, el nuevo caudillo del partido de olvido comunista murió asesinado hace unos minutos. Todo indica que fueron algunos miembros de su propio partido los que cometieron el ultraje. La cacha de la pistola que se encontró tenía una calcomanía de su partido y había propaganda para la votación de Demóstenes Santa Magón. Pero veamos qué es lo que dice el propio Demóstenes.
-Es absurdo que digan que fuimos nosotros, es obvio que todas estas supuestas pruebas fueron plantadas. Estoy demasiado consternado para seguir con la entrevista, pero si quiero decir algo, y que quede muy en claro, las elecciones son en quince días y recuerden que: ¡yo soy el rayo sagrado del sol!
-Curiosas declaraciones de quien hace unos momentos iba en lo más alto de las encuestas y ha caído estrepitosamente. Pero vayamos con nuestro reportero que se encuentra en estos momentos con el innombrable
-Estoy aquí montando la guardia de honor por un cuadro de un partido contrario al nuestro que parece que pensaba honradamente, al igual que nosotros, ya que parece que sus propios compañeros no lo tenían en muy alta estima.

Después de dos años de gobierno, la innombrable reinstauró la reelección en el país del tequila adulterado, de agave pasado, importado, rebajado, con refresco de toronja sin gas, rasposo, sin añejar, provocador de cirrosis colectiva y el mariachi con armónica, desafinado, borracho, caro, sin guitarras, menos violines, botonadura de plástico y cantando las eternas golondrinas.