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lunes, 11 de diciembre de 2017

MIENTRAS DUERMES

MIENTRAS DUERMES

Fernando Vanegas Moreno

Un, dos, tres por ti y por todos tus anhelos

¿Con qué sueñas?..., ¿tal vez con mamá?, la Santa aquella que ya hace un rato despedimos, aquella que dio todo por dibujar en tu rostro una sonrisa, sin pedir nada, sin egoísmos…, o quizá (no puedo ni imaginar), con la eterna filipina de la Nacho, la incondicional que el cielo quiso prestarnos poco tiempo. Sé que las extrañas, me duele no poder dar respuesta a esas ausencias, pero aquí estoy, presente para ti cuando tu así lo decidas. O tu descanso y anhelos dibujan cada noche la casa esa que tanto añoras…, la de un jardín enorme y mil perros a las afueras de la ciudad, la de la vaca que sé, estoy seguro, no sabes cuidar, y por el contrario, te espantaría cada vez que se acercara con sus mugidos y sus pestañas enormes…, no sé nada, ¿con qué sueñas?

O Morfeo te premia cada noche con imágenes multicolores de ese viaje que nunca hemos hecho…, ese tour suramericano que siempre empieza en Bogotá pero que solo alcanza hasta Choachi…, de seguro ya vendrá, no te afanes, todo tiene un tiempo y una historia. Acaso esa misma pantalla refulgente de tu mente, te retornará a tu infancia: a la calle y la despreocupación total; al yermis, el rejo quemado, las escondidas y mil travesuras que ya los años, (por ser pocos), han ido sepultando en la memoria. Te verás en cualquier calle con Sandra, la de hoy, la de siempre…, la que a conciencia permitía que robaras sus juguetes para hacer con ellos cenas de gala y etiqueta, con osos de felpa y avioncitos destartalados como invitados principales.

Seguirá pues, una secuela de pinturas del colegio, de mil amores, de diez mil desordenes, de cien mil besos…, de ningún corazón. Esa primera vez nada agradable, esas otras tantas, ya más satisfactorias, esas historias húmedas que solo te has atrevido a contarme a mí, y que en el fondo, son muy parecidas a las de todos…, Y entonces, tal vez, aparecerán de pronto, las minitecas, las salidas pedagógicas, las noches inconclusas y los días interminables, el espiral profundo del ayer.

De repente, una plaza enorme, una biblioteca central, un edificio de enfermería, Guillermo, la filipina, el Freud, el olor a marihuana y los festejos con vino barato en Lourdes…, la academia, tu carrera, el trasnocho, la tesis…, tu grado…, la oportunidad (única por cierto), que la vida y Santa Carmela, dieron por ofrecerte en bandeja, para surgir, para basar un futuro…, y bien que lo lograste…, muchos desprecian lo que tú, le arrancaste al existencia. Quizá, no lo aseguro, dormirás profundo recordando estas escenas.

¿Y si solo nos ves juntos?, si solo aprecias dos manos entrelazadas, ya ajadas, muy cansadas, pero unidas…, si llegamos a noventa y gritamos juntos: “lo logramos”…, y si un par de arrugas aún se besan; y si solamente recuerdas el principio de los tiempos, debajo de ese peatonal de SAO, o las tardecitas en Centro suba y un helado. Ya no nos podremos comer ese manjar, pero el puente tal vez siga existiendo. Y si en esas quimeras recuerdas nuestro ayer, viéndolo desde un futuro ya más relajado…, creo que sería en blanco y negro…, así sueñan los pensantes, así añoran  los que han amado tanto.

¿Con qué sueñas?..., no creo adivinarlo. Lo que sí puedo asegurar, es que mientras duermes, yo…, seguiré vigilante de tus sueños.