HISTERIA DE KAUIL
SEMPER
SIMUL SEMPER CARMINA, CATA
QUEMAR
LAS NAVES
DE
DIOS PARA TI:
Busca un motivo posible, una
causa cierta si deseas colgar por el cuello a un hombre que pretende ser bueno.
De nada sirve condenar inocentes a
suplicios que algunos percibirán injustos porque conviertes a los infractores en mártires, tipos a los
que muchos seguirán ciegos y les darás motivos para sentirse con derecho a
exigirte cambios. El universo tiene lógicas
que debes garantizar, umbrales dispuestos para ser cruzados por las élites. A
punta de versos y buenas intenciones muchos de los nuestros han encontrado como
destino la fría cuchilla de la guillotina. A los diosecitos nos condenan la
tibieza de carácter, la pusilanimidad, el cerebro que reverbera sin estrategia.
¿Cuánto tiempo crees que te dará la estupidez para enmendar un error en el
manejo de tu tribu?
Los creadores y creaciones
tenemos debilidades, espacios oscuros desde los que nuestros fantasmas seducen:
el primer trago temprano en la mañana, las tetas descomunales, blancas y llenas
de pecas de aquella compañera que evade mirarte a los ojos, la cuenta en Bahamas en la que religiosamente
consignas el grueso de los sobornos que cobras, las esperanzas de cortarle el
cuello a los dioses viejos que te “regalan consejos” que no solicitaste, (lo
tienes claro, si necesitas escuchar opiniones, las últimas que aceptarás serán
las de un mediocre que pasa los días masturbando sus pensamientos con delirios
de grandeza infundados) el amor y sus malditos influjos... He ahí donde debemos
atacar al enemigo, en sus peros, en las acciones que lanzan su moral a la
cloaca. Mancilla lo mancillado, la debilidad propicia victorias, urde las
prisiones de tus enemigos, no los dejes respirar sin que este acto les recuerde
que están comiéndose el barro no por tu culpa sino por sus increíbles ganas de
hacerte ver mal.
Lincha, asesina, disminuye a
los caídos en desgracia, a los piadosos que pecan porque al hacerlo ya no se
verán tan cándidos. Enséñales la escala de valores que confeccionaste desde el
inicio, las jerarquías, las razas, las índoles, uno es antes que dos, la marcha
victoriosa de los arriesgados cuando degüellan a los que quieren. Has elevado
tu esencia y su mantenimiento es un denodado acto de confianza en ti mismo.
Evidencia que los necesitas menos comparado con cuánto te necesitan ellos a ti,
creador, dador, ejecutor y dueño de sus miserables actuaciones.
Poetas cabrones, varados o
andantes, Nietzsche, la maldita Revolución Francesa, los ateos y los
agnósticos, los que enamoran a ciegas, de todos cuídate porque al patearles el
culo reaccionarán como perros rabiosos, te agradecerán mientras das la espalda
y se cebarán con tu carne apenas te descuides, acuchillarán con fervor, heridos
en su ego. Maledicentes, te venderán como tirano desconociendo el tamaño de sus
peticiones y lo bueno que terminarás otorgándoles gracias a su credulidad. Son desagradecidos, pedigüeños, fehaciente
testimonio de cuán obtuso puedes ser cuando pretendes ser el “mejor tipo del
universo”.
Está la cuestión de mis
reacciones... Provócame y terminarás pudriéndote en un socavón, la fetidez de
un corazón deshonesto, indisciplinado, vil, cubrirá el espectro circundante del
ofensor. De él saldrá la lección, será
chivo que expíe los conatos de rebelión de sus iguales, la inconformidad
de los espíritus educados para recibir solamente. Si vas a enfrentarte con
alguien ten presente siempre el tamaño del contrincante, no seas estúpido ni te
lances al centelleo de la fogata por capricho, mide con inteligencia a tu rival.
A todos les brindo el paraíso, algunos no se sacian con nada y piden más, si
les doy un pan exigen tres, quieren noche al mediodía, ruegan que llueva
después de demandar a gritos un poco de calor. Nada es lo suficientemente bueno
para estos hijos acostumbrados a buscarle cinco patas a los gatos negros.
Ten presente usurparle
apoyos a tus contradictores, usa a sus iguales para hacerles mella. Sabes que
todos tenemos precio y nunca faltará quien haga lo que decretes sólo por
sentirse un poquito importante. Si ladras, los seguidores sentirán confianza y la
emprenderán contra tus enemigos sin escatimar fiereza, entiende que su valor
está en la imitación. Observa cómo se orinan de emoción al recibir de tu parte
una caricia en la cabeza, un halago sin sustento, las gracias por traicionar a
sus hermanos. ¿Crees acaso que lo de Judas
fue un accidente o simple codicia? No. Fue un macabro acto de egoísmo,
quiso sentirse parte de algo ya establecido, las monedas fueron el símbolo de
su espíritu patético, de lo poco que era. A tus hijos no les interesa brillar
sino ser tenidos en cuenta alguna vez, creer que lo que dicen o hacen va a ser reverenciado
y beneficiará al todo, pero tú entiendes que nunca pasará; nada menos
apreciable que la lealtad de un traidor convencido de ser el héroe de la
jornada.
Usa lo que te pertenece, las
personas son una insignificante brizna que demuestra lo inmenso de tu poder,
eres actor, los seguidores herramientas. Sus conceptos son información poco
fiable, jamás los tomes como sustento básico para tomar decisiones, si permites
que una de sus ideas intervenga en tu juicio la perdición de lo que eres estará
finiquitada. Los imperios son construidos por individuos, las masas los
sustentan, esa es una verdad que no admite discusión. Dispón de su avidez para derrotar a quien ose
poner en tela de juicio la dignidad de tu ministerio, altaneros serán si callas
o permites brotes de sublevación.Una infección se controla amputando la parte
afectada no aplicando compresas de agua tibia con un poco de sal.
Cierro esta reflexión
haciendo patente una advertencia: nada tan ofensivo para un diosecito como la arrogancia
de un seguidor que cree tener el derecho de recalcar un porqué cuando la
decisión fue tomada. Lo tuyo no lo objeta nadie, se cumple y ahí acaba la
discusión. Si persiste el capricho de cuestionarlo todo, la crudeza de tus
actos extirpará de raíz la virulencia de una acción estúpida. Tus criaturas son proclives a confabularse
cuando se intuyenheroicas, no des pie para que crean lo que sus cabezas vacías
les dictan en un momento de efervescencia.
Los privilegios son potestad
de los arriesgados y sabes que tus criaturas se cocinan en atávicos temores. No
permitas que eso cambie. La creación debe tener un par de dueños, así ha sido y
será mientras la eternidad nos siga protegiendo.
Necesidad
de amanecer
Cuando más solo te hayas entiendes
que jamás estuviste acompañado realmente. La gente aparece en tu vida, pasa, se
va, en el mejor de los casos te la quitan y el sistema de culpa se traslada a
otra entidad. Los que creíste amigos te traicionan por limosnas, en quienes
confiaste se llevan las manos a la cabeza y te hacen creer que tus reclamos son
infundados: “padeces un desorden mental”, acusan jactanciosos, se disculpan sin
quererlo y te endilgan el rótulo de intransigente, olvidando que también has
tenido la fortuna de desarrollar el sentimiento de pecado cómodo.
Un mañana decides abandonarlo
todo en silencio, encontrarte con ella para amarla y seguir adelante. En el
pasado quedaron todas y cada una de las marrullerías de quienes juraron
respetarte como lo hacían sus dioses, los préstamos que casi nunca honraron,
las ofensas que se cubrían con un “¡ah, no se ponga bravo, venga nos tomamos
una cerveza y no jodemos más!”, las tocaditas de culo y todas las estupideces
que tú mismo permitiste buscando ser el mejor amigo de todo el mundo. Bueno, lo
hecho, hecho estaba y no permitirías que estúpidas nimiedades dañaran el objetivo de entrar purificado al
mundo obsequiado por aquella mujer de luz.
Un día el cielo azul se
cierra y todo en lo que creíste, adorabas y te hacía soñar, queda depositado en
la misma fosa donde la carnalidad de la musa reposará para siempre. Tus hijos
tuvieron nombre pero no existieron en realidad,el hogar se incendió y regalaste
las cenizas, ese espacio de apuesta llamado futuro se llenó de moho mientras se
hundía, las realizaciones pararon en seco y la compañía se convirtió en un
accesorio inútil. Todo lo que en realidad importaba murió. No es patetismo sino rabia la que escribe
estos párrafos, eso lo sé y no importa si alguien se ofende con eso, ser poeta
es apostarle duro al anonimato, así que estas palabras amargas tal vez pasen
desapercibidos o se pierdan en la inminencia del silencio, pero quedará
evidencia.
Las estructuras de mi mundo
colapsaron. Cada cual se quitó el antifaz y salió corriendo. Ante la evidencia
decidí comerme la rabia, alimentarla, hacerla crecer porque dispuse no
enfrentarme con los vasallos que hicieron la tarea de mortificación sino con
quien la asignó. Una lucha se avecina y es la venganza la que todo lo motiva,
la que ha hecho florecer no lo peor sino lo que de verdad he sido siempre y no
me atreví a ver. Preparo cuerpo, alma, razón, escrúpulos; lo sucedido sentó un
precedente nefasto que quiero lanzar por los aires. Las voces que solicitan
cordura dictan sentencia sumaria cuando quieren entender que blasfemo:
-¡Con los dioses nadie se
mete!-gritan enloquecidas tras los árboles.
-¿Por qué no se
puede?-pregunto.
-Ellos crearon todo y todo
lo pueden. Si no estás contento con sus decisiones es porque eres arrogante. Trata
de buscar paz, resígnate, déjala descansar.
-No es por ella, es por
mí-les digo exaltado. Y prosigo:-Al menos una explicación creo merecer. Todo lo
siento como un capricho de alguien que quiso dejarnos claro que hasta para ser
feliz se debe pedir permiso. Paraíso, un concepto que no creo merecer, así como
no creo merecer el infierno, la ausencia, el eterno trepidar de mi voz en las
paredes.
-¡Blasfemas!
-Exigir mi derecho no es
blasfemar. Además estoy advirtiendo las cosas con tiempo, que se vaya
preparando... Somos una copia de los dioses, tan imperfectos como ellos, llenos
de resentimiento como ellos, pusilánimes como ellos… No creo intimidarlo, esa
es mi ventaja cuando lo aborde y busque arreglar cuentas…No va a saber de dónde
fue lanzada la primera estocada.
-Nada de lo que planeas la
revivirá, es un acto inútil tratar de mermar la resistencia de un ente
todopoderoso-exclaman con pesar.
-A ella déjenla fuera, no
nombren a alguien que empezaron a olvidar. Sé que no se levantará del sepulcro,
pero esta batalla es por salvar lo que queda de mi alma, es un simple acto de dignidad
cuya esencia es el respeto a mí mismo. No puedo valorar de manera simplista lo
que este tipo de diosecitos le dan a unos pocos y le quitan a la mayoría, los
beneficios deben darse sin condiciones y él y los de su casta piden sumisión
como cuota para otorgar privilegios. Yo con eso no comulgo.
-Has lo que quieras, poeta.
-Eso lo tengo claro desde
que ella se fue.
Desafío. Una palabra que
tiene poder para aquellos que no tenemos mucho que derrochar. Hasta las ruinas
pueden incendiarse si el objetivo es hacerlo desaparecer todo en el fuego que
purifica. Y eso es lo que está latente en mi mensaje: la limpieza del alma a
través de la justicia que ni los hombres ni los dioses me darán. Yo mismo busco
lo que necesito, los cazadores de la antigüedad, por más crédulos que fueran,
no obtenían sus presas con sólo implorar a las deidades del bosque, sus
travesías duraban días, el sudor, la sangre y sobre todo el estímulo del hambre
los hacían sobreponerse a la rudeza de natura. Lo mejor de todo es que ganaban
conocimiento de ellos mismos, confianza, perdían el miedo y es eso lo que me
motiva, conocerme a través del enfrentamiento, mirarme a los ojos y encontrar
al hombre gris que custodia una lápida que se empieza a comerse el tiempo.
Lograr el azul del cielo en
las pupilas de la muerte, enfrentar a ese diosecito al que le temo con
altanería.Sólo una respuesta estoy pidiendo, que se pronuncie y me aclare lo
que otros quieren explicarme sin saber: ¿qué gané al quedarme sin ella?
Necesito amanecer una vez más. No confronto con arrogancia, voy a la fuente, no
gano nada queriendo acabar con un dios destrozándole la vida a sus seguidores,
simplemente no puedo avanzar si la verdad no me toca el corazón, los silencios
azotan mi alma y la disminuyen, me siento viejo, cansado y eso raya en lo
ofensivo. Dios existe, de eso estoy seguro, respeto ese axioma, lo que no
tolero es que un diosecito de tercera categoría se guarde lo que es mío, lo que
merezco, por eso voy a la guerra.
Tengo definida mi
estrategia. No creeré en términos de paz que emita el diosecito porque para él,
ese escenario significa avivar la confrontación bajo la mesa, en la batalla
hipócrita nadie piensa y eso es lo que necesita, sin cuestionamientos puede implantar su voluntad, cada capricho
que se le ocurra será una orden cuando la confusión reine. No asumo la libertad
que confunde, que hace zozobrar el sentido común y motiva el conformismo.
Sublevarse es una obligación cuando la autoridad se transforma en
autoritarismo. No hay espacio para rendiciones mientras esté en juego mi alma.
Victoria o muerte, mantra que repito mientras llueve fuego sobre la historia.
“La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo”,escribió Nietzsche, probado verdugo de
dioses y estoy de acuerdo con él. Todos los días pulo el espíritu en aguas de
descontrol, no me mido, no escatimo, no me conformo, porque conformarse es
asumir que no puedo hacer nada más. Los recuerdos son en el fondo compromisos
que adquirimos sin saberlo y los que yo forjé con ella, tienen la virtud de lo indeleble y sólo la
muerte puede llevarme a no cumplirlos. Lucho contra una esencia que creo
empezar a conocer, sus obras la desenmascaran, sus omisiones confirman los
flancos que deja expuestos inconscientemente, porque nada es perfecto, ni siquiera quienes
asumen serlo por acto de herencia, dignidad o compromiso. El miedo es el
combustible que mueve los cimientos del espíritu o los calcina, en poco tiempo
se develará cuál de los dos senderos tomará este poeta alucinado por la ira.