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martes, 11 de febrero de 2020


AVENIDA 19
Poema de Javier Barrera Lugo


La oscuridad del universo, sus perversiones a sueldo y huérfanas de ambición, rondan la atmósfera de esta avenida emblemática para una ciudad que se hunde en la ruindad de su indiferencia.

       Siempre extremos: en una orilla, ruido incesante que hace perceptible la soledad de los seres que la habitan, la caminan y la padecen. Del otro lado, silencios afilados por los que serpentean frases agitadas de quienes asesinan esperanzas propias y ajenas mientras encienden la cerilla con la que queman la punta de un cigarrillo o el cuerpo de algún desgraciado al que se le despojó  la condición de “alguien,” para mutar hacia la categoría de “algo,” por ejemplo, un puñado de cenizas como pago a una deuda impagable.

       En esta avenida las masas reclaman cualquier derecho establecido o por crear; y con la misma falta de conciencia eligen a los  verdugos que aplacarán con garrotes el monótono suplicar de sus bocas llenas de babaza. Gente absurda disfrazada de genio, de prostituta, de adicto a cualquier sustancia o ser, de anciano, de vendedor de dulces, de ejecutivo o estudiante.

       Vocifera la libertad de destrucción y creación sin vida dentro de esta celda de un par de kilómetros; gente que se rehabilita de algún karma o se hunde en lo profundo de sus compulsiones. Tan cercanos el renacer y la muerte que no es más que un recordatorio de la dualidad con la cual el cosmos maquilla su sentido perverso.
       Poemas putos, como este, para putos y putas, desde la avenida de las putas y los pirobos: la avenida 19.