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domingo, 19 de noviembre de 2023

EL CIEGO

 

EL CIEGO

 

Por: Javier Barrera Lugo

 

Perpetuo rumor a través del cual los ojos ciegos buscan fantasmagorías

Olores después del sexo redundan en las hendiduras de un bosque

Acostumbrado a engullirse necios hijos dispuestos a pecar por perversión o virtud.

Duro peregrinar a través de un corazón que asumimos amante       y pregona el amor

Aunque en la realidad es el principal instigador de la muerte como paliativo

Semejando un anuncio de agonía perenne alimentada por el sadismo.

 

A fuego lento se cocinan las entrañas del insomne       Con tesón de minero los recuerdos

Mellan las ganas de morir de quienes sufren       de quienes gozan la penitencia:

perderse en ensoñaciones de hermoso rostro y con escrúpulos a medio construir.

En algún lugar de la memoria los niños tienen alas de fuego       fuman        reniegan

Se inventan los nombres de las abuelas que pelearon trinchera a trinchera

La dignidad de un reino cuya crapulencia naufragó en el rubor de una decente meretriz.

 

 


Amnesia es un disfrute para canallas y estúpidos atacados por la nostalgia.

Toda piel que ha pasado por las yemas de sus dedos es en sí       carnalidad de lo lóbrego

La de los hijos muertos     cada vez más silente     más fría

 

Dermis eterna en sus memorias       aparecen voces en las cuencas apagadas

Y es incapaz hasta de legarle a las lágrimas un color       una textura que sepa a vida

Ya ella es el sonido del mar en su encuentro con una isla desierta.

 

 

Evoca el ciego las tinieblas, su complicidad

Un rumor de hojas que la brisa fecunda        es esa madre

Que llega desde el calor de Estigia para preparar limonada y consolarse consolando;

Doncella tibia apenas envejeciendo       a un paso de la putrefacción       viva aún.

Su evocación huele a ropa planchada        Su dueño la empaca en una bolsa de fieltro

Mientras ella llora al amante en pie de fuga        La errancia es maldición       su maldición.

 

Besar la boca muerta de una amante sin dueño así los ojos se cierren por el cansancio

El ciego no es capaz de cubrir con tierra al muerto que acaba de triturar a golpes

Abandono es un acto indigno        el resultado de un sorteo macabro

Que el porvenir clava bajo las uñas para que el sufrimiento

Tenga rostro y engañe al huésped haciéndole creer

Alguna de las falacias en las que se apoyan burgueses valores.

 

Ya vendrán días de asueto cuando la muerte pase factura

Fija la mirada en un punto que no representa nada       que nada es

Salvo la letra que mancilla el relato del tiempo en la eternidad.

Lo que alguna vez fue no ocurrirá dos veces       muere la madre       muere el amor

Palpa la suciedad el silencio        pero el ciego no será capaz de dispararse en la cabeza

La valentía no es un asunto que considere la salvia        la bilis de su universo.

 

Totalidad es una parte marginal del universo que los dioses se esquilan entre sí

Nada importante se olvida a consciencia        Solo nublan las reminiscencias

Los apetitos de un cerebro enfermo    el hambre desbordada de la demencia

O la extinción del deseo que envuelve el cuello de las circunstancias hasta el ahogo.

Ya habrá otro tiempo       estúpido ciego prisionero de la locura

Volverá a salir el sol y solo en ese momento entenderás que nada importa en realidad.