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sábado, 16 de junio de 2012

ESCOBAR: EL PATRÓN DEL MAL. EL PATRÓN DEL RAITING...


Escobar: el Patrón del Mal, el Patrón del Rating…
Por: MUNEVAR

Por estos días un Canal de Televisión colombiano lleva a la pantalla chica la vida del extinto narcotraficante Pablo Emilio Escobar Gaviria, quien fuera durante la década de los ochenta y los noventa la cabeza de la organización criminal más violenta e inhumana de la cual se tenga conocimiento en nuestro país, y que fue también, la causante no sólo de una cantidad indeterminada de muertes, sino de un proceso descomposición social que no tuvo límite alguno, acciones reflejadas en actos de corrupción, asesinatos selectivos, prostitución, drogadicción, entre otros males, y que dio a luz a su vez, a un nuevo estilo de vida mafioso, que marcó la generación pasada y en la actual conserva su macabro sello.

    El Cartel de los Sapos, Las Muñecas de la Mafia, La Reina del Sur, La Mariposa, son algunos de los títulos que han acompañado el “prime time” en los últimos años en la televisión colombiana. Productores y canales han encontrado un nicho adecuado ya que el televidente se ha identificado y en el peor de los casos se ha imaginado con la opulenta vida llena de excentricidades, derroche, mujeres y violencia que en su mayoría los protagonistas de estas historias han manejado.

    Pero ahora, de manera silente una amenaza que se mantuvo latente en la proyección de estas series parece cobrar vida y se convierte en peligro no para la generación que conoció en vida la historia de Pablo Escobar, sino para aquella que surgió años después que éste fuera asesinado y que desconoce totalmente los horrores que este nefasto personaje le causo a la sociedad de nuestro país. Esa amenaza se llama amnesia histórica.

   Como idiotas Útiles trata el Canal de Televisión a los televidentes al justificar su producción y emisión bajo la frase “Quien olvida su pasado tiende a repetirlo”, cuando claramente se denota el animo mercantilista con la que está producción fue hecha.

    Andrés Parra, su protagonista, excelente actor y quien caracteriza de manera impecable y con extraordinario parecido a Pablo escobar, ha logrado con su actuación un alto grado de identificación y sensibilización de la serie con la generación pasada y la actual.

    A la generación pasada, la que reitero, conoció de primera mano el prontuario de Pablo Escobar, le ha devuelto recuerdos amargos de una pesadilla que estaba en el olvido. Es poco grato recordar como el veneno del narcotráfico fue invadiendo poco a poco todos los niveles de nuestra sociedad, desde las autoridades, entes gubernamentales, diversos actores sociales, deportivos, culturales, sociedad en general, causando un degeneramiento social que trajo consigo muerte, destrucción, y ruina.

    Contrario a la generación actual, aquella que no conoció a este personaje, y quienes al ver a Pablo Escobar ven, no al delincuente, sino al hombre de origen humilde, hombre de empresa exitoso, e inteligente, quien busca vencer a la oligarquía y ayudar a los más necesitados. El televidente hace fuerza porque la Policía no ponga tras las rejas a este criminal. Sociológicamente no lo ve como la biografía de un delincuente, sino como la biografía del héroe que busca ayudar al necesitado.

    Tomar la historia sangrienta de Colombia con ánimo de lucro, sin el direccionamiento adecuado, puede enviar un mensaje equivocado no sólo al televidente nacional, sino al extranjero, dado, que como resalto anteriormente, las series que han tenido éxito reciente son aquellas cuya trama central gira en torno a la violencia y el narcotráfico.

    La televisión, al igual que la Internet y muchos medios masivos de comunicación tienen una función social, educativa y de entretenimiento, funciones las cuales se han ido perdiendo entre la pornografía, la violencia, y los contenidos basura que no dejan ningún tipo de ganancia al usuario que accede a ellos.

    Escobar, si le trae muchos réditos a sus creadores y difusores, pero ninguno al televidente, solo la saciedad y el morbo de ver como un delincuente se abrió paso en un país y le causó una herida social muy profunda la cual aún no ha cicatrizado y que en el peor de los casos, cuando no se tiene las herramientas culturales adecuadas para ver una serie de este tipo, se puede convertir fácilmente en un modelo de vida a seguir.

    La televisión nos acostumbró a esto, a mostrarnos lo que supuestamente es nuestra realidad sin censura, ni respeto alguno, porque cuando no son nuestros problemas como entidad los llevados a la pantalla chica, los creativos y libretistas plasman en la televisión de manera burlona al colombiano del común, al trabajador, al de estrato bajo caricaturizándolo y tildándolo de mal educado e ignorante y creando comedias a partir de sus historia

    Por estos días bajo el sugestivo titulo “Mi gente linda, mi Gente Bella”, rueda una perla más de nuestro cine colombiano; basta ver la película, basta ver el mensaje, basta ver la enseñanza, basta ver el respeto que se tiene por la sociedad de nuestro país.

    ¿Hasta cuándo a costa del sufrimiento generalizado en la historia de Colombia, la gente seguirá lucrándose? ¿Se cansarán de mofarse y ridiculizar nuestras costumbres? ¿Seguirán haciendo dinero otros bajo el pretexto de televisión con contenido social? ¿Hasta cuándo seguiremos siendo unos Idiotas útiles al servicio de los intereses de los demás?

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