CON
LA CRUZ A CUESTAS
David W. Martínez
Haciendo la señal de la
santa cruz sobre la cabeza del muchacho, doña María, entristecida por lo
sucedido a Juan Carlos su hijo mayor, le bendice y despide. Él, campesino de
oficio jornalero, enfermo y abatido parte de su rancho, cargando como posesión
personal una botella de plástico llena de agua, pantalón roto, camisa
desaliñada, y los zapatos, por el uso que les da los tiene tan desgastados que
las suelas presentan agujeros. Junto a su madre y seis hermanos menores, Juan
Carlos vive en un rancho escondido de la civilización moderna. Caminará ocho
kilómetros, desde la Cooperativa Los Horcones, lugar de donde procede hasta el
caserío San Simón, esperando llegar a tiempo a donde el promotor de salud para
ser tratado de una infección bacteriana de su pierna derecha. La enfermedad se
le desarrolló de una herida que se hizo con el machete al cortar caña de
azúcar.
Es jueves y de costumbre,
en la asamblea, los legisladores seguramente aprobarán el aumento al presupuesto
general de la nación. Se habla de una cifra astronómica, más de dos mil
millones de dólares, y ningún partido político, dizque representantes del
pueblo quiere quedarse sin su tajada. Harán cualquier tipo de componendas con
tal de lograr sus objetivos financieros... Los hermanos menores de Juan Carlos,
de muy de madrugada se hallan pescando en las riberas del río Lempa.
Posteriormente, cercano a la carretera Panamericana, venderán al más bajo
precio lo pescado.
En el botiquín del
promotor de salud del caserío no hay medicina para el tratamiento de la
infección que padece Juan Carlos, solamente le higienizan la parte afectada,
pues la cruel infección le carcome los huesos y se le ha metido por un costado,
y como una dama implacable le acompañará hasta la muerte. Desde el lugar donde
se encuentra, Juan Carlos emprende una caminata de otros ocho kilómetros para
arribar a la autopista principal. En la carretera busca abordar el primer medio
de transporte a su vista, desplazándose a la clínica del pueblo más cercano. En
el momento que parte a buscar la clínica, el presidente de la república, sin
nada de gracia y con un discurso politiquero que aprendió en las escuelas de
alta gerencia estadounidense, justifica en una improvisada conferencia de
prensa que del aumento al presupuesto nacional una gran parte será para
incrementar en un cien por ciento la partida secreta de casa presidencial a más
de ochocientos millones de dólares... A los hermanitos de Juan Carlos les han
pagado un dólar por todo el producto que pescaron en el transcurso de la mañana
En la clínica del cantón
no pueden hacer nada por Juan Carlos, repitiendo el tratamiento que antes hizo
el promotor de salud del caserío. De tomar le dan antibióticos para tratar de
detenerle la fiebre. Por la tarde, la flamante esposa del presidente de la
república, celebrará un aniversario más del parque tristemente llamado De la
Familia. Solamente al gobierno se le ocurrió hacer un parque pequeño, donde hoy
se paga por entrar, en medio de un bosque inmenso, donde antes paseaban
gratuitamente los capitalinos. Para su construcción, equipamiento y
mantenimiento, se desembolsaron veinte millones de dólares, sin tomar en cuenta
lo gastado ocultamente... Con el dólar que han ganado sus hijos menores, la
señora se alista para ir a la tienda del cantón a realizar sus comprados.
Del lugar en el que se
encuentra, Juan Carlos aborda con dificultad un camión de carga, viajando diez
kilómetros en calles empedradas hasta el pueblo de Mercedes Umaña. Al llegar a
la Unidad de Salud presenta más de cuarenta grados de temperatura. Aunque
intentan auxiliarle, los enfermeros del lugar no pueden hacer nada por él y se
limitan a entregarle una referencia para que sea atendido de emergencia en el
hospital San Pedro de la ciudad de Usulután. En esa misma localidad, la
Asociación de Ciudadanos Distinguidos de Usulután, inaugura la primer feria
nacional de caninos. Hay exhibición de las más vistosas razas de perros del
mundo, desfilarán especies caninas del tamaño de caballos, sólo que mejor cuidados
que cualquier compatriota campesino. El gobernador de la ciudad, gerente de tal
asociación, en su discurso se jacta que para ejecutar tan magno evento no han
gastado demasiado dinero, únicamente requirieron de cien mil dólares... El
perro aguacatero de Juan Carlos, al que ya se le contaban las costillas, se
murió de un bocado que ingirió al vagar por las callejuelas del caserío. El
Ministerio de Salud se ha dado a la campaña de eliminar a todos los perros
aguacateros que deambulen por las calles, pues según el señor ministro del
ramo, tales perros no van con la imagen de ciudad moderna que quieren presentar
para los XIX Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, evento que se
realizará prontamente. Son los juegos deportivos más importantes de la historia
del país, se manipularán más de ochocientos millones de dólares en préstamos,
dinero que los mismos paisanos pagarán a cincuenta años plazo.
En el hospital San Pedro,
Juan Carlos es atendido por una amarga secretaria, quien lo manda a esperar a
la sala de pacientes externos. Después de minutos de espera, un ordenanza le
dice que donde se encuentra no es el sitio, que mejor se vaya a la unidad de
emergencia, que en ese lugar tal vez le atiendan. Al estar en la sala de
emergencia, una enfermera al verlo con el rostro demacrado y con la cabeza
baja, se muestra un poco condescendiente y le toma inmediatamente sus datos
personales. Enseguida le explica que tendrá que esperar mientras el médico en
turno se desocupa. Desconsolada le confiesa que por falta de un adecuado
presupuesto al hospital, solamente tienen un doctor para atender todos los
pacientes de la unidad de emergencia... A la madre de Juan Carlos, no le
alcanza el dólar para pagar todo lo que debe en la tienda y regresa a su rancho
con las manos vacías. Volverá a cocinar sopa de hojas de mora para sus hijos.
La sala de emergencia se
halla repleta de personas gravemente enfermas esperando ser atendidas. Juan
Carlos se sienta al lado de un señor maduro, que lee el periódico del día y que
afanadamente busca los resultados del fútbol español. En una de las páginas
principales de la sección deportiva se lee que el representante legal de la
federación de fútbol, informa que la selección nacional ha batido el récord de
gastos en su preparación y mantenimiento de los jugadores, ciento noventa
millones de dólares aproximadamente fueron los desembolsos incurridos. Concluye
diciendo que a pesar de no haber clasificado a nada, han ganado otra nueva
experiencia... Como no tienen nada que comer, los hermanitos de Juan Carlos se
entretienen jugando fútbol con una pelota de trapo que ellos mismos han
elaborado. Momentáneamente tratan de olvidar el hambre.
El señor que se encuentra
al lado de Juan Carlos es llamado para ser atendido. Al levantarse para acudir
al llamado deja olvidado el periódico en la silla. En el delirio de fiebre alta
que Juan Carlos tiene, escucha a lo lejos una emisora que anuncia la
desaparición más de mil quinientos millones de dólares. El comentarista afirma
que el principal dirigente empresarial del partido político gobernante, con un
grupo de confidentes amigos, ha sido descubierto desfalcando al sistema
financiero nacional tal cantidad millonaria... Doña María, como suele hacer
todos los días, corta hojas del huerto casero vecino, pues en el patio suyo ya
ni hojas hay. Preparará un plato de sopa, así engañará a las tripas un día más,
pues éstas ya comienzan a devorarle partes internas de su cuerpo.
Desde el lugar donde se
encuentra sentado, Juan Carlos puede leer claramente en la portada principal
del periódico, que al banco principal del país se le conceden de parte del
gobierno de la república doscientos millones de dólares para su recuperación
financiera. Eso le llama la atención y coge el diario que el señor olvidó en su
asiento y comienza a hojearlo. Pero las fuerzas de sus manos se desvanecen y
convulsiona todo su cuerpo. Sus ojos se le apagan para nunca más volvérseles a
animar. Con los ojos abiertos su cabeza se dobla sobre la silla que está al
lado. El periódico queda entre sus piernas, desplegado exactamente en las
páginas científicas que anuncian un aniversario más de la entrega del Premio Nobel
de Medicina al científico inglés Alexander Fleming, por su aporte a la ciencia
y por haber descubierto hacía muchas décadas la vacuna contra el bacilo que
produce la infecciosa enfermedad de la que Juan Carlos falleció. Al momento, la
enfermera llama a gritos a un tal Juan Carlos, para atenderlo de emergencia...
Mientras tanto, doña María, que nada sabe de lo ocurrido a su hijo mayor,
prende una vela a la imagen de la Virgen de la Paz, patrona de los
desamparados, rogándole que le dé fortaleza para sobrellevar la cruz que
diariamente lleva a cuestas.
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