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lunes, 28 de agosto de 2017

AGUA BAJO EL PUENTE

Ficción real en un punto próximo                                    

Fernando Vanegas Moreno

AGUA BAJO EL PUENTE



“Como me he puesto viejo” pensó, mientras mantenía los pies sumergidos en una combinación de agua y aspirinas. Últimamente le dolían a extremo, al punto casi de no poder levantarse.

Tomo con cuidado el pocillo de café que cada mañana le dejara su vieja sobre la mesa de noche antes de salir presurosa a la misa de las siete de la mañana; acudía sin falta, implorando por la salud de ese viejo, cada vez más gruñón, cada día mas huraño, cada hora más enfermo…,

Miraba con detenimiento su reflejo en el agua, era, pensaba, un espejo turbio de su propio existir, una fotografía enferma de todo su andar.

Ahora recordaba con cariño y añoranza los buenos años…, la niñez en la vieja escuela, a la profesora Luz, mujer templada, excelente formadora y con un  bigote, que podría ser la envidia de cualquier arriero paisa. Que sería de la vida de Rosita, Cecilia, Idalí, Claudia, John, Luis, Guillo y ese sinfín de niños que jugaban cada mañana al soldado libertado, la lleva, el trompo…, después de siete décadas y si aún vive, ¿Rosita guardará aún todos esos recuerdos? ¿Tendrá intacto el “libro gordo de Petete”? Sí, ese que firmáramos todos hace mil veranos.

¿Será posible que alguno de ellos haya profesionalizado la danza?, les gustaba más bailar y las presentaciones que estar sumidos entre quebrados y teorías de conjuntos.

¿Y el colegio? Sabía a ciencia cierta que el rector aquel, rígido, estricto, bravo, pero al tiempo, gran educador, amigo y entrañable, le había ganado la partida de este plano hace ya bastante tiempo.

¿Dónde pelearán ahora los pubertos?…, Las Villas, el parque aquel del pugilato, donde se defendía el titulo por cualquier pendejada, es ahora un conglomerado de torres y edificios. Y las calles de Prado Veraniego ¿tendrán aún espacio entre sus baches para adolescentes enamorados?..., pensó de nuevo en esas vías, suspiró y una sonrisa pícara escapó de su cabeza. Mil veces las recorrió junto a su carnal de entonces, bebiendo, fumando, exaltando sus amores, refundiendo soledades…, a propósito, ¿aquel hermano seguirá siendo el más fuerte ante la vida?..., peleará por algo o seguirá abofeteando al aire por tocarlo.

¿Habrá seguido Andrés con sus locuras?..., seguirá bajándose los pantalones en cada celebración para demostrarnos con su culo marmóreo, que la vida es solo un chiste…, no sé, no creo, a estas alturas un culo viejo, por más blanco, es antiestético.
Y mi ahijado…, la vida nos patió en cierto momento. Hoy su hija debe estar casada, tendrá hijos e imagino, que harán las delicias del abuelo; no es raro, como padre fue inigualable, como viejito consentidor debe ser genial.


Ya cansado de evocar, volvió a la cama, todavía existían muchos rostros en sus quimeras…, Alix, Adriana, Sandra, Liliana, Jaime Arturo, César, Julio, Edison, Paola, William, Alexa, Marisol, Carolina y el miserable aquel, Elkin, un bacán…, la universidad sin ellos no hubiera sido igual. Los etílicos no tendrían la magia de esa juventud ya ausente y Chapigay se hubiera perdido sin la presencia de nuestras locuras.

El trabajo, los amigos de siempre que hoy ya no están…, la vieja a quien conoció joven pero que envejeció (mucho mejor) a su lado…, las canas que duelen, la próstata que no deja dormir, el tinto que  ya no se puede tomar…, el amor que se añejó hace diez minutos y la soledad, la soledad que grita en esa vieja casa…, solo eso, permea su cotidianidad.

Vuelve a dormir y un calidoscopio de imágenes lo golpean de pronto: Amores intensos que siempre lo avivaron, alumnos que aún lo llaman y lo recuerdan con gratitud. Hermanos de toda la existencia que lo acompañan en las tardes tranquilas y despejadas con colaciones y aromáticas…, los muchachos que a veces lo visitan para escuchar sus historias sin sentido, los logros colgados en el viejo estudio, la vieja sonriendo cada vez que deja la “tercera edad” a un lado y sale con cualquier disparate de quinceañero.

Daniel, su antiguo instructor que aún hoy, saca tiempo para intentar sacarlo de esa quietud, todos, absolutamente todos, pasaron en segundos por lo efímero de sus ronquidos, no todo era malo, se había caminado bien, se dejaron buenos recuerdos, la placidez llega de nuevo, ahora duerme más tranquilo, dibujando en sus labios, una sonrisa tenue, apacible y amigable, ya no lo dejará nunca.

Al despertar, siguió siendo viejo, sin embargo…, sus sueños habían rejuvenecido.

2 comentarios:

  1. GRAN ESCRITO, GUMP. Y EMILIA NO LA CONSIENTO TANTO... LA IDOLATRO, JA JA. GRAN PROFECÍA DE LO QUE SEREMOS: HUESOS PULVERIZADOS, MÚSCULOS FLÁCIDOS, ¿GANAS REPRIMIDAS?
    GRAN ESCRITO PARA UNA TRADE FRÍA Y DE SUICIDAS.

    UN ABRAZO Y LINDA LA FOTO, CUATROJOS.

    BARRERA

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    1. Ya con una simple salida después de las nueve de la noche, incurrimos en suicidio involuntario, abrazo Dan.

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